La Vanguardia

Y en su nombre, el jefe de la Casa

- Mariángel Alcázar

Muy pocas son las ocasiones en las que la Casa del Rey ejerce de anfitrión en un acto público. Pueden contarse con los dedos de una mano y sobran los cinco si nos limitamos a los convocados por la Corona en Catalunya. De hecho, el Rey, y en su nombre el jefe de la Casa del Rey (que es quien envía la convocator­ia), sólo ejerce de anfitrión en las recepcione­s del 12 de Octubre, la Pascua Militar, la recepción al cuerpo diplomátic­o, los almuerzos y cenas en el Palacio Real en visitas de Estado o, por ejemplo, en honor del galardonad­o la víspera de la entrega del premio Cervantes. El resto de las ocasiones en las que el Rey acude a un acto público lo hace como invitado de la entidad, organismo, fundación, congreso o certamen, público o privado, convocante.

De todas las veces en las que el rey Felipe ha estado presente en actos públicos en Catalunya desde su proclamaci­ón, únicamente las cuatro ocasiones en las que se han celebrado las jornadas de la Fundació Princesa de Girona (FPdGi) –la próxima está prevista para los días 28 y 29 de junio– podrían ser considerad­as actos en los que el Rey ejerce de anfitrión. En realidad, es el patronato de la fundación (del que es presidente el Rey, en nombre de su hija, Leonor, princesa de Girona, y vicepresid­ente, y lo era hasta ahora, el presidente de la Generalita­t) el organismo que organiza y convoca, tanto el acto de entrega de premios como el encuentro anual con jóvenes emprendedo­res.

Las ocasiones en las que el Rey, este año, se ha desplazado a Catalunya han sido con motivo de la inauguraci­ón del Mobile World Congress y la entrega de despachos de la Escuela Judicial: en la primera ocasión convocaba la organizaci­ón del certamen y en la segunda, el Ministerio de Justicia. En otros casos, como la visita a la factoría de Seat, o la entrega de despachos en la academia militar de Talarn, por poner dos ejemplos, la convocator­ia correspond­e, respectiva­mente a la firma de automóvile­s o al Ministerio de Defensa. Todos los actos a los que acude el Rey, o cualquier miembro de la familia real, están ratificado­s por el Gobierno y además se consultan, por respeto institucio­nal, con las autoridade­s de la comunidad autónoma que correspond­a. El Rey no puede ir a donde quiera.

La declaració­n de Quim Torra en que anunciaba que ningún representa­nte de la Generalita­t acudirá a un acto convocado por el Rey más parece un brindis al sol. Primero, porque son escasos los actos convocados por la Corona y aún menos en Catalunya y segundo, porque, en el resto de actividade­s oficiales en las que esté el Rey, será a los organizado­res a quienes Torra deberá justificar su ausencia.

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