Inicios de miedo
Chucky Lozano es experto en marcar en el debut: Liga MX, Eredivisie y Mundial
En cualquier película de miedo que se precie, la primera escena tiene que hacer gritar. Si la cinta es buena se sabe rápido. Esa regla del género de terror también vale para explicar la carrera de Hirving Rodrigo Lozano (Ciudad de México, 30/ VII/1995). El primer susto cuenta y el extremo mexicano sabe hacer ruido y llamar la atención cuando se presenta.
“Es el mejor gol de mi vida. Todos soñamos con jugar un Mundial y tener un debut tan significativo”, explicaba el jugador del PSV tras batir a Neuer y tumbar a la campeona del mundo. Pero es que él, irreverente por naturaleza, a los 22 años, es todo un especialista en dar el primer zarpazo en su aterrizaje en la élite.
Lozano ya marcó en su primer partido en la Liga mexicana (2014), en su debut en la Champions de la Concacaf (2014), en su segunda internacionalidad con la selección mexicana (2016), en su estreno este pasado agosto con el PSV en la Eredivisie y el pasado domingo en su presentación en sociedad en un Mundial.
No tiene el pelo alborotado de color naranja, ni los ojos saltones, ni viste con un peto tejano. Pero su pierna derecha es tan afilada como el cuchillo que empuñaba el muñeco diabólico. A Lozano no le pudieron poner mejor apodo cuando era un chaval y se escondía debajo de la cama para asustar a sus compañeros de la residencia de la cantera del Pachuca, a donde llegó con 11 años, porque Chucky asusta.
Todo empezó el 8 de febrero del 2014, cuando Enrique Meza le dio la alternativa en un América-Pachuca. Entró en el Estadio Azteca con 0-0 en el minuto 83 y en el 88, tras encarar a una institución como el el maza Rodríguez, anotaba el gol del triunfo tuzo. Siete meses después le tocó probar la Champions de la Concacaf y repitió puesta de largo, con un gol al Real España. Ya no llevaba el 70 sino el 8 a la espalda. Y a la misma velocidad llegó a la selección. No marcó en su primer partido pero sí que asistió a Pizarro en el 2-0 a Senegal. Eso sí, al segundo partido, gritó gol. Fue ante Canadá (0-3), al marcar el segundo de los tres goles del Tri.
El pasado verano, ya como campeón de Liga (Clausura 15-16) y de la Champions (16-17), el PSV pagó ocho millones de euros por él y los holandeses tardaron 31 minutos de la primera jornada de la Eredivisie en ver qué tipo de futbolista habían comprado: Lozano le hizo al Roda el primero de los 17 tantos para que el equipo de Eindhoven se proclamase campeón.
Ahora lleva cuatro veranos sin vacaciones y parece que sus piernas no lo notan. Estuvo en el Mundial sub-20 en 2015, un año después hizo doblete en la Copa América y los Juegos de Río, en 2016 fue citado por Osorio para la Confederaciones y hoy frente a Corea volverá a ser un fijo. Si la secuela es igual de buena que el estreno...