Colonias, igualdad y diversidad
Los días largos, las noches cortas y el retumbar de los petardos en las calles señalan que el verano ha llegado, y con él las vacaciones escolares, la alegría de los pequeños y la convivencia familiar. Un contexto idóneo para las colonias y campamentos. Si el ocio es la universidad de la vida, las colonias son el momento clave, el trabajo de final de grado. Una monitora me explicaba el indicador con el que su esplai evalúa el éxito de la colonia, si el grupo no quiere subir al autocar de vuelta ha ido muy bien, han obtenido el cum laude. La convivencia entre niños y jóvenes monitores, tan próximos generacionalmente pero al mismo tiempo diferentes, hacen de las colonias un marco educativo excepcional en el que los educadores se convierten modelos.
Un entorno único que se convierte en paradigma de cohesión y diversidad. A su llegada, los niños y niñas no llevan las etiquetas que se les han podido asignar. Dejan de ser quien no trae los deberes hechos o quien no para quieto para empezar de cero. La colonia les permite ser quien quieran ser y los hace convivir con realidades socioeconómicas y culturales diversas. Eso hace que las actividades de ocio vaguen más allá de pasarlo bien y aporten una mirada diferente del mundo en lo que vivimos, promoviendo valores como el aprendizaje, la generosidad, la transformación, el compromiso, el respeto.
A la vuelta, porque finalmente acaban subiendo al autocar, bajan satisfechos, cansados pero muy felices, abrazándose a las familias, entre ellos y con los monitores. En este momento de reencuentros y despedidas, sólo el observador perspicaz se da cuenta de la diversidad socioeconómica y cultural de las familias, que ha propiciado un pequeño mundo durante unos días. Todos retendrán recuerdos positivos, imborrables y, obviamente, integradores de aquellos días. La sociedad catalana es fruto del mestizaje y la integración, es una tierra de paso que tiene en la cohesión social uno de sus valores más preciados.
Este verano, ofrezcámosles un espacio en el que aquello que los iguale sea mayor que aquello que los pueda diferenciar. Démosles la posibilidad de actuar por encima de los estereotipos sociales y culturales, de hablar en público con naturalidad, de ser autónomos en la cotidianidad y de encontrar referentes con unos valores positivos. Colonias, campamentos y centros de verano son una oportunidad excepcional de convivencia para que las criaturas puedan vivir como niños y niñas y crecer como personas.