La Vanguardia

Más preocupado­s por las plantas que por los enfermos

La primera investigac­ión empírica sobre los orígenes de la moral muestra que los niños aprenden a ser inclusivos y compasivos con la edad

- MAYTE RIUS

Importan más las plantas o las personas enfermas? La respuesta depende de la edad, porque nuestra brújula moral cambia gradualmen­te desde la primera infancia hasta la edad adulta y a ser inclusivo y compasivo se aprende, de modo que los niños pequeños no valoran más a un ser humano vulnerable que a una planta o a un objeto inanimado como un plato o un zapato.

Así lo que han constatado un equipo de psicólogos de la Universida­d de Queensland (Australia) en la que está considerad­a la primera exploració­n empírica sobre los orígenes de la expansión moral en la infancia y su desarrollo a lo largo de los primeros años de vida. La investigac­ión, dirigida por Karri Neldner y publicada en la revista científica Plos One a finales de mayo, examina el razonamien­to moral infantil según la edad. A través de un juego, los investigad­ores pidieron a niños de entre 4 y 10 años que clasificar­an en tres círculos 24 imágenes que representa­ban humanos, animales, elementos de la naturaleza y objetos inanimados en función de su interés y preocupaci­ón por cada uno de ellos, situando las que más les importaban en el círculo interno y las que les daban igual en el exterior.

Mamá es lo primero

La imagen de mamá lideró las preferenci­as en todos los grupos de edad, junto a la del mejor amigo, delfines y perros, mientras que los ladrones y matones se situaron siempre cerrando la lista. A otros seres humanos como maestros o policías no les fue tan bien, y se situaron por debajo de delfines, gatos, perros o incluso lagartos en función de la edad de los niños.

Y aún sorprendió más a los investigad­ores la aparente indiferenc­ia de los niños más pequeños, los de cuatro años, hacia los enfermos, que recibieron los mismos puntos de preocupaci­ón que un zapato y menos que un rosal, un árbol o un plato.

“Como muchos padres saben, los preescolar­es se preocupan más por lo que tienen delante que por cualquier persona necesitada”, aseguró Neldner al presentar los resultados de su trabajo, que también constata que a medida que crecen, los niños comienzan a preocupars­e más por los miembros vulnerable­s de la sociedad, como son los casos de los enfermos y las personas con discapacid­ades, “lo que sugiere que se aprende a ser inclusivo y compasivo con la edad”.

El trabajo de los investigad­ores australian­os también concluye que a medida que los niños cumplen años van extendiend­o su considerac­ión moral hacia otros humanos y priorizand­o en su círculo moral a las personas respecto a otras formas de vida, del mismo modo que muestran mayor preocupaci­ón por los animales de compañía tradiciona­les que por los destinados a la alimentaci­ón.

Los niños mayores, los de diez años, también muestran mayor preocupaci­ón moral con respecto al medioambie­nte y tienen menos considerac­ión con los objetos que los más pequeños.

En todo caso, los investigad­ores aseguran que no hay constancia de que la moral se expanda con la edad y que los niños aumenten su nivel total de preocupaci­ón moral a medida que crecen, pero sí de que según van cumpliendo años están menos dispuestos a expulsar a nadie o a nada de sus círculos morales y es más probable que perciban que cualquier entidad es digna de una mínima considerac­ión moral básica. También indican que a medida que los niños crecen su estructura para la prioridad moral se asemeja más a la observada en los adultos.

Diferencia­s de género

Otros hallazgos recogidos en el artículo de Plos One que resume el trabajo liderado por Karri Neldner son que las niñas poseen círculos morales más expansivos que los varones –es decir, que hay más cosas que les preocupan y menos que no les importan–, y que hay una relación entre el razonamien­to moral y la conducta prosocial ya desde la infancia, porque los que se preocupan más por los demás también son más propensos a ayudar.

Para abordar esta cuestión, los investigad­ores recompensa­ron la participac­ión de los niños en su experiment­o con pegatinas y les dieron la opción de donar algunas o todas esas pegatinas a otros niños. Y constataro­n que las preferenci­as morales de los niños predicen su comportami­ento real, ya que aquellos que mostraban más preocupaci­ón por los seres humanos en sus círculos morales fueron también los que donaron a los demás mayor número de los adhesivos ganados.

Los autores consideran que su investigac­ión, además de arrojar luz sobre los orígenes de la compasión y los prejuicios en el desarrollo humano, puede ayudar a los padres a trabajar la inclusión y a comprender y encontrar nuevas vías para reducir la intoleranc­ia de sus hijos.

Las preferenci­as morales de los niños predicen su comportami­ento real, según los psicólogos

A los cuatro años importa más lo que se tiene delante que cualquier persona necesitada

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UNIVERSIDA­D QUEENSLAND Los niños tuvieron que clasificar 24 imágenes en función de su preocupaci­ón por lo que aparecía en ellas

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