“Gala era una avanzada de su tiempo, una transgresora”
escritora, autora de ‘La intrusa. Retrato íntimo de Gala Dalí’
Hace seis años, la escritora Monika Zgustova (Praga, 1957) llevó a unos escritores rusos a visitar el castillo de Púbol y allí descubrió un ambiente de austeridad y unos objetos que no se correspondían con la personalidad de Dalí. “Vi libros y discos rusos, vi el icono de la virgen de Kazan y me llamó la atención”. Había entrado en el santuario de Gala, la mujer de Salvador Dalí y antes del poeta Paul Éluard. Y empezó a indagar en sus raíces y en su personalidad. Su visión de Gala se ha plasmado en una corta pero atractiva narración biográfica: La intrusa. Retrato íntimo de Gala Dalí
(Galaxia Gutenberg).
¿Por qué Gala siempre es la “mala” en todas las historias?
Se dicen y se han escrito muchas cosas incorrectas sobre Gala y sobre todo de sus aventuras amorosas, mal interpretadas. Le hizo mucho daño la mirada machista que criticó su libertad para afrontar sus relaciones amorosas.
¿Dice que “era mujer de un solo hombre”?
Parece chocante, pero no. Cuando estaba al mismo tiempo con Paul Éluard y Max Ernst sufría por aquella situación. Lo que digo es que su pasión por Éluard se acaba poco después de casarse y de tener una hija. Después fueron amigos, amantes, pero la pasión inicial se perdió. Ella estaba preparada para sentir la pasión por otro hombre. Estuvo enamorada de Dalí, estuvo décadas con él, y por eso mi libro es una historia de amor. Luego, ya mayor, buscaba jóvenes que se pareciesen al Dalí joven, intentaba recrear su enamoramiento juvenil cuando lo dejó todo por él. Lo más seguro es que no hubiese nada, era sólo un poco de imaginación y coquetería. Lo importantes es que no era una mentirosa que ocultase sus relaciones.
Los biógrafos de Dalí lo califican de voyeur y algunos insinúan que su pasividad tendría que ver con una tendencia homosexual.
No estuve nunca en su dormitorio. Ellos tenían algún tipo de sexualidad y era apasionada, no sabemos cómo. Pero Gala no podía estar con alguien que la dejara insatisfecha.
En un fragmento autobiográfico Gala insinúa una confusa relación con su hermano mayor... Vadim sentía una pasión incestuosa por ella. Y esto a Gala la estimulaba y la molestaba a la vez por ser una cosa prohibida. Y en cierto modo pasaba lo mismo con su padre adoptivo. Estos dos hombres despertaron en ella el gusto por los amores prohibidos e imposibles.
¿Por qué la llama intrusa?
Era una mujer avanzada a su tiempo, muy libre. Hacía lo que quería. Era transgresora. No le importaba lo que la gente dijera, ni su imagen. Si tenía ganas de leer durante una reunión lo hacía, si se aburría, se iba. Por todo eso, la veían como una intrusa, tanto los surrealistas como las familias de Éluard o Dalí.
¿Ella convirtió a Dalí en el personaje Avida dollars?
Creo que sí porqué se sentía muy insegura, por su salud y por sus posesiones. Desde pequeña estaba traumatizada por la tuberculosis que sufrió. Vio morir a mucha gente en el sanatorio de Davos. Y esto te marca. A ello se añade que la revolución rusa fue un cambio brutal. Su amiga Anastasia Tsvetáieva, liberal, instruida, tuvo que buscar refugio en el despacho de su padre adoptivo. Cuando Gala regresó a Rusia, en 1927, por única vez, se dio cuenta de que de un día para otro te puedes arruinar. Tuvo miedo de la revolución comunista. Y ese deseo de salud y riqueza le lleva a buscar más y más dinero por miedo.
¿Cómo explica que Gala no quisiese ver a su hija Cécile ni cuando estaba cerca de la muerte? No lo sé aunque tampoco sabemos muy bien qué ocurrió. También es verdad que su hija exageró el abandono por parte de su madre. Gala y Dalí mantuvieron correspondencia afectuosa con ella y la ayudaron.
¿Gala fue un factor de equilibrio para la paranoia de Dalí?
Supo entender muy bien a Dalí, pero ella también sufría de angustia. La tuberculosis genera un síntoma de angustia del que creo que Gala
no se desprendió nunca. A partir de los años 50 cuando se generalizan los tranquilizantes tomaba habitualmente Meprobamat.
Gala influyó en la obra de Dalí...
Salvador Dalí ya era un gran artista antes de conocerla. No puede decirse lo mismo de Éluard, al que influyó más. A Dalí le ayudó a tener confianza en sí mismo y además se convirtió en su agente, le buscaba exposiciones, le ayudaba a seleccionar obras y se cuidaba de la parte financiera.
Le hizo daño la mirada machista que criticó su libertad en afrontar sus relaciones amorosas