Mascherano y la “memoria de pez”
La prensa del país se ensaña con la selección argentina; el presidente de la federación, Chiqui Tapia, arremete contra la prensa; Maradona propone una reunión de viejas glorias con la plantilla para “salvar el honor” del equipo; los aficionados se desesperan, y Mascherano plantea olvidarlo todo y empezar de nuevo. El quilombo en el entorno de la expedición albiceleste, convertida en un gigantesco camarote de los Hermanos Marx, es colosal cuando mañana tendrá lugar en San Petersburgo el enfrentamiento decisivo contra Nigeria.
El capitán Javier Mascherano, que siempre ha tenido tanto discurso como fútbol –aunque ahora la situación se ha desequilibrado en favor de la primera opción– entró ayer en escena para intentar extinguir con sentido común los numerosos incendios que se van declarando en la sede de Bronnitsty. Desmintió, en este sentido, las informaciones que apuntaban a un motín de los jugadores contra Jorge Sampaoli y negó que sean los futbolistas quienes hacen las alineaciones. “Se le ha puesto ese mote a esta generación y no entiendo por qué. La relación es totalmente normal. Cuando sentimos una incomodidad se la planteamos. Si no, seríamos unos hipócritas. No vas a ir a jugar un partido si estás incómodo”, argumentó.
Mascherano emplazó a hacer tabla rasa, a olvidar el pasado y reforzar el debilitado hilo de esperanza que mantiene a Argentina en Rusia. “Lo mejor para cambiar las dinámicas son los partidos. En estas situaciones, memo-ria de pez, porque el pez no tiene memoria. Y para adelante. Ya está”. Para seguir adelante la albiceleste necesita imponerse mañana a Nigeria y que le favorezca el marcador del Islandia-Croacia. Es decir, ganar y que los islandeses no ganen por un gol más de diferencia que Argentina. “Tenemos la esperanza de seguir viviendo esta experiencia. No queremos que termine el martes”, proclamó el capitán.