Detenidas diez personas en Francia por planear atentados antiislámicos
Un grupo ultraderechista quería atacar a imanes radicales y a mujeres con velo
El miedo a una respuesta violenta, de índole ultraderechista, a los atentados yihadistas ha sido evocado periódicamente por la policía y los servicios de inteligencia franceses en los últimos años. La amenaza se materializó durante el pasado fin de semana con la detención de diez personas, entre ellas varios expolicías y exmilitares que, según los investigadores, podían estar en condiciones de pasar pronto a la acción.
El grupo, que se autodenominaba Acción de Fuerzas Operacionales (AFO), contaba –según las filtraciones en la prensa francesa– con armas de fuego y estaba aprendiendo a fabricar granadas de tipo artesanal.
Los objetivos de este comando en ciernes, a tenor de la documentación incautada y lo que explicaban en su página web, hubieran sido imanes radicales que predican en las mezquitas francesas, detenidos islamistas cuando hubieran sacia lido de la cárcel e incluso mujeres musulmanas con velo, seleccionadas al azar en la calle.
La operación policial se desarrolló en el departamento de Charente-Marítimo, al norte de Burdeos, en la costa atlántica, donde vivía el cabecilla –Guy S., un expolicía de 65 años–, en la periferia norte parisina y en otras regiones, entre ellas el sur de Córcega. Las detenciones las ordenó la sección antiterrorista de la fiscalía de París. Dada la naturaleza de los delitos, el arresto en esta fase puede prolongarse hasta 96 horas.
No está claro si la noticia se filtró o no con la aquiescencia de la justi- y de la policía. Fue revelada, el domingo por la noche, por la cadena de televisión TF1, y luego no se facilitaron demasiados detalles.
Desde que empezó la oleada de atentados islamistas, en el 2015, los servicios de seguridad franceses están especialmente atentos a la actividad de eventuales terroristas de extrema derecha que quieren realizar actos de venganza y amedrentar a la población musulmana residente en Francia.
Ya hubo una decena de arrestos, en octubre del año pasado, en Marsella y en un suburbio del norte de París, de un grupo ultraderechista similar y con intenciones parecidas. Se hacían llamar OAS, las mismas siglas de la Organización del Ejército Secreto que perpetró una sangrienta campaña de atentados a principios de los años sesenta del siglo pasado durante la guerra de independencia de Argelia.
Por lo poco que se sabe de la última organización desarticulada, pese a albergar en su seno a exagentes y exmilitares no tenían mucho conocimiento en ciberseguridad, pues publicaban abiertamente en internet sus propósitos, lo que facilitó la labor de la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI). Los observaron durante tiempo y no los detuvieron hasta que comprobaron que podían ser peligrosos.
En la web de la AFO se hablaba de la “guerra de Francia”, de un pueblo francés amenazado por su supervivencia, un argumentario que suelen usar los grupos racistas y supremacistas en otros países. El grupo extremista tenía pretensiones proselitistas, pues pretendía la “preparación de ciudadanos-soldados” y había elaborado un “vademécum de supervivencia en zona ocupada” en el caso de conflicto abierto con los musulmanes.
El comando de potenciales terroristas estaba dirigido por un expolicía y había exmilitares