Un Brexit duro alarma a la banca
LOS bancos y el conjunto de entidades financieras europeas deben prepararse ante la posibilidad, cada vez más real, de que Gran Bretaña abandone la Unión Europea sin un acuerdo de transición pactado. En contra de lo que se pudiera pensar, el sector financiero no ha tomado las medidas necesarias para afrontar tal eventualidad, ya que era un escenario que no preveía. Por ello la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) ha advertido al sector financiero que reaccione y ponga a punto planes de contingencia.
El citado organismo ve muy posible el riesgo de que efectivamente pueda producirse un Brexit duro y que Gran Bretaña salga de la UE el 30 de marzo del 2019 sin periodo de transición. Esto hace que tanto la banca como el conjunto de las entidades financieras corran el riesgo de no poder seguir operando como en la actualidad con Gran Bretaña ni desde Gran Bretaña.
La City, que es el principal centro financiero europeo, sufrirá en primer lugar las consecuencias de un eventual Brexit duro, y las entidades pueden tener serios problemas si no adoptan las estrategias más adecuadas para hacer frente al cambio de escenario.
El sector financiero debe asumir ya desde ahora que con el Brexit desaparece la posibilidad de que se mantenga el llamado pasaporte financiero, que permite a las entidades prestar servicios en el conjunto de la Unión Europea desde su sede en la City. El Gobierno conservador de Theresa May presiona a Bruselas para negociar un acuerdo de libre cambio que incluya los servicios financieros, que son claves para la economía de su país, pero Bruselas se opone, y no hay garantías por el momento de que se pueda conseguir. La incertidumbre que se vive en el –hasta ahora– gran centro financiero europeo es muy grande. De ahí la alerta lanzada por la Autoridad Bancaria Europea.
El Banco de Inglaterra estima que tan sólo el primer día del Brexit diez mil empleos pueden desaparecer de la City. El problema no sólo afecta a Gran Bretaña sino que también incide en el conjunto de la zona euro. Ayer mismo la directora general del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, avanzó que la zona euro deberá prepararse, a su vez, para asumir una llegada masiva de sociedades financieras procedentes de Gran Bretaña a partir de la entrada en vigor del Brexit. Es crucial, por tanto, que antes de nueve meses todo esté preparado en términos de regulación y de supervisión. Hay que tener en cuenta que el fin de la City, tal como la conocemos actualmente, puede ser el impacto negativo más importante para Gran Bretaña si se llega al Brexit duro. Pero, al mismo tiempo, supone un cambio de las reglas de juego para todo el sector financiero europeo.
El sector financiero británico presiona a su Gobierno y a las autoridades europeas para minimizar los riesgos y poder encontrar una solución urgente y viable para la continuidad de los contratos con los clientes que pudieran verse afectados por el Brexit. Pero, como hemos dicho, la Autoridad Bancaria Europea advierte que no se puede ni se debe, por prudencia, confiar en ello. En consecuencia, urge a las entidades financieras que identifiquen y cubran adecuadamente los riesgos y los costes relacionados con un potencial Brexit no pactado, con objeto de garantizar la estabilidad financiera. Sin embargo, advierte de que queda poco tiempo para ello y que, por tanto, esta planificación debería avanzar más rápidamente. De entrada, la propia Autoridad Bancaria Europea ya está preparada para trasladarse de Londres a París.