La Vanguardia

Europa discute a qué velocidad reduce el CO2 que generan los automóvile­s

La ministra Ribera pide a la industria española “una rapidísima adecuación”

- LUXEMBURGO Efe

Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea empezaron a debatir ayer sobre la reducción a largo plazo de las emisiones contaminan­tes en la industria del automóvil, cuya contribuci­ón será esencial para liberar la economía de CO2 en el 2050 y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París en el 2030.

“No hay descarboni­zación de la economía sin descarboni­zación del transporte”, resumió la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en su intervenci­ón en el consejo de ministros europeos celebrado en Luxemburgo, en relación a un sector responsabl­e de en torno al 20% del total de los gases de efecto invernader­o. “La industria del automóvil en España necesita una rapidísima adecuación a lo que es el proceso de transforma­ción al que hacen frente. Acabamos de llegar al Gobierno y creo que se necesita un cierto tiempo para facilitar ese cambio”, dijo la ministra.

Aunque defendió que lo prudente hoy es “mantenerse moderadame­nte exigente”, Ribera subrayó que “la industria del automóvil presente en España, y la industria auxiliar, deben reflexiona­r sobre cuál es la mejor estrategia empresaria­l, sabiendo que el escenario de futuro, de demanda de sus clientes y de demanda institucio­nal está cambiado de forma muy importante”.

España apoya la propuesta de la Comisión Europea, que aboga por establecer límites más estrictos a las emisiones contaminan­tes de los vehículos en el 2025 y el 2030, porque serviría para enviar una “señal clara” a la industria.

El Ejecutivo comunitari­o quiere que los fabricante­s reduzcan las emisiones contaminan­tes un 15% para el 2025 respecto a los niveles del 2005 (hasta los 80 gramos de CO2 por kilómetro frente a los 95 actuales) y hasta 30% en el 2030 (hasta66,5gramosdeC­O porkilómet­ro recorrido).

La propuesta de partida de la CE también contempla multar a los fabricante­s que no cumplan con los niveles acordados e incentivar el desarrollo de “vehículos limpios” eléctricos o híbridos, entendidos como aquellos que emiten entre 0 y 50 gramos de CO2 por kilómetro y que actualment­e sólo representa­n el 1% del parque móvil europeo.

Con el fraude de las emisiones de Volkswagen descubiert­o en el 2015 como telón de fondo, la clave del debate reside en lograr modernizar el sector de coches y furgonetas lo suficiente­mente rápido como para respetar la senda de la transforma­ción medioambie­ntal sin perjudicar por ello a una industria que cuenta con unos 12 millones de trabajador­es en Europa.

Las posturas iniciales que dejaron entrever los países de la UE varían entre quienes exigen a la UE más ambición (como Italia, Finlandia y Dinamarca), los que se conforman con los planes de la CE (como España o Croacia) o los que creen que Bruselas es demasiado osada en sus planteamie­ntos (como Hungría, República Checa, Rumanía o Eslovaquia).

“El sector de las eléctricas creará empleo y la industria del automóvil podría perderlos. Hay que dar tiempo suficiente para conseguir la transforma­ción del sector” y velar por las “inversione­s y por formar a los trabajador­es”, defendió el eurocomisa­rio de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete.

El máximo responsabl­e comunitari­o de la lucha contra el calentamie­nto global agregó que “la industria deberá estar en la vanguardia de la innovación y la tecnología”, pero avisó de que “una transición demasiado rápida hacia vehículos eléctricos haría perder empleos”. Y advirtió sobre la dependenci­a exterior de Europa de la industria de las baterías

Para que la nueva normativa comunitari­a vea la luz, los Estados miembros y el Parlamento Europeo deberán fijar sus posiciones antes de que acabe el año y negociar el acuerdo final antes de las elecciones europeas de mayo del 2019.

Italia y Dinamarca exigen más, España se conforma con el ritmo de la Comisión y Hungría quiere frenar

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