Carambola de primera
España se medirá a Rusia en octavos tras acabar líder por un final inverosímil
Un liderato repleto de misterio, entre dudas, sustos y emociones. Una primera plaza trabajada y conquistada gracias a la combinación de resultados. España no ganó a Marruecos pero Portugal tampoco ante Irán y la roja logró el mando de su grupo tras una victoria en tres partidos. De esta manera el equipo de Hierro se medirá el domingo a las 16 horas a la anfitriona, Rusia, en Moscú. A priori un rival más asequible que Uruguay, pero nunca hay que despreciar el factor ambiental. Tras un mal partido España parecía destinada a acabar por detrás de Portugal en el grupo pero en un minuto todo cambió. Porque el VAR decidió y, lo hizo bien, que un gol de Aspas, el del empate final, era en posición legal y porque la revisión de imágenes también aplicó con acierto que había penalti a favor de Irán. Los iraníes lo marcaron y la igualada en los dos campos favoreció a España. La modernidad cambió el orden y demostró su utilidad.
Ahora, si la selección española quiere hacer algo importante en el Mundial mucho tendrá que mejorar porque ayer un rival menor como Marruecos le hizo daño cada vez que se plantó en su área. El equipo de artistas que puso en liza Hierro sólo funcionó a cuentagotas, en especial hasta que le duraron las fuerzas a Iniesta, el mejor.
Cuando España saltó al terreno de juego ya sabía que si quedaba primera se mediría al organizador y que si caía a la segunda plaza le correspondía vérselas con Uruguay. De la alineación de Hierro se interpretó que la selección tenía el máximo interés en liderar el grupo. El entrenador sólo determinó una variante pero significativa, la de Thiago Alcántara por Lucas Vázquez, conformando un once de tocadores. “No somos músculo”, había dicho el técnico en la víspera y quiso poner el acento en esa circunstancia. Ahí estaba Busquets, pese a encontrarse apercibido de sanción, e Iniesta, pese a su cuentakilómetros. Y también Isco y Silva. No sería por creadores de fútbol.
Pero una cosa es saber jugar y otra jugar bien porque también hace falta organización cuando se pierde el balón y consistencia para convertirse en un equipo impermeable. Ahí es donde España tiene dificultades. Por eso se llevó un gran disgusto antes del cuarto de hora. Marruecos, que sólo se jugaba el honor tras perder de forma injusta en sus dos partidos anteriores, se adelantó tras un error grosero de Sergio Ramos. A su lado Iniesta no pudo hacerse con el esférico y por en medio se coló Boutaib para llevárselo y plantarse solo ante De Gea. Le batió por debajo con la pierna izquierda. La primera parada del portero español en el campeonato todavía tardaría unos minutos en llegar.
Perdía España y la clasificación se podía complicar en función de lo que ocurriera en el Portugal-Irán. Allí no se movía el marcador y la selección española reaccionó rápido. Lo hizo gracias a la magia de Iniesta. El manchego entró en combustión con una combinación en la que también participaron Isco y Costa para darle un servicio medido al madridista, que no perdonó. Empate y alivio para Hierro y el equipo español, que lo celebró por todo lo alto y que acalló a buena parte del público, que transformó en Rabat el estadio de Kaliningrado.
La noche era fresca y tras quedarse helada España se había levantado. Lo hizo encontrando el filón de la banda izquierda. Por allí irrumpían con regularidad Alba, Iniesta e Isco, siempre atentos a los movi- mientos de boya de Diego Costa. España movía bien la pelota pero sin generar una gran cantidad de ocasiones. En el otro lado Marruecos ponía entusiasmo y dureza.
Sin embargo, para lo poco que proponía el equipo africano sacaba mucho rendimiento y estuvo cerca de lograr el segundo gol tras un saque de banda que pilló despistado a Ramos (calamitoso) y que dejó de
Un gol de Aspas y otro de Irán, ambos revisados por el VAR, dieron la cabeza a ‘la roja’ en el tramo final
Si España quiere hacer algo importante en este Mundial ha de corregir su sistema defensivo, un caos
nuevo solo a Boutaib. Esta vez De Gea sí que estrenó su casillero de paradas al desviar el chut del delantero pero es evidente que España no es fiable a nivel defensivo.
Había que estar pendiente de las noticias del otro partido del grupo y, de pronto, llegó la novedad del 1-0 portugués. Como si se hubiera en-
terado al instante Iniesta aceleró por su baldosa y le puso un balón esculpido en oro a Costa pero el ariete no metió la puntera con acierto y el partido alcanzó el entreacto con empate y con España momentáneamente como segunda de grupo.
Lo que vino después fue una obra inverosímil para una selección irregular. Cada vez que Marruecos pasaba el centro del campo se intuían los problemas y el futbolista del Leganés Amrabat se sacó un zapatazo espectacular que fue a parar al larguero con De Gea haciendo la estatua. España respondió con un cabezazo de Isco que sacó sobre la línea Saiss y otro de Piqué que se marchó desviado. Pero poco más hasta la recta final del encuentro, donde ocurrió de todo en Kaliningrado y en Saransk. Primero se adelantó de nuevo Marruecos con un gol de En Nesyri, que le ganó la partida a un desastroso Ramos tras un córner. Quedaban diez minutos y apuntaba a que España jugaría en Sochi con Uruguay pero todo cambió en un instante y en dos campos. Porque Aspas, que había salido de refresco junto a Marco Asensio, empató con un toque de espuela. El gol fue anulado pero tras revisarlo una y otra vez el VAR resolvió que no había sido fuera de juego.
Mientras, Irán empataba al transformar un penalti (VAR mediante también) contra Portugal y eso daba la primera posición a España. Un final de traca, con los marroquíes indignados y con la roja que jugará contra el organizador.