La Vanguardia

Portugal pasa con susto

Cristiano falló un penalti, se jugó la expulsión e Irán pudo ganar al final

- CARLOS NOVO Madrid LA CRÓNICA

En un partido marcado por las decisiones del VAR, Portugal pasó del cielo a la agonía en unos últimos minutos de infarto. El equipo de Fernando Santos se clasificó como segundo de grupo tras empatar con Irán y se verá las caras en octavos con Uruguay después de un duelo muy tenso en el que llevó la iniciativa, pero le costó horrores doblegar a la rocosa Irán, que abandona el Mundial para felicidad de todos los que quedan porque jugar contra ella es la peor de las pesadillas.

En los 97 minutos de partido hubo de todo menos fútbol del bueno. Portugal intentó ser fiel a sí misma y trató de jugar muy abierta, con Quaresma como principal novedad en la alineación. Los comienzos no auguraron ni mucho menos lo que vendría después. Cristiano pudo marcar enseguida con un trallazo pero luego entró en una fase depresiva, de los días en los que no le sale nada y poco a poco se apodera de él la desesperac­ión. Con un dominio abusivo del balón para los lusos, las oportunida­des escasearon. Irán tuvo unas pocas en alguna de las contras veloces que ya sufrió la roja, pero tampoco estuvo fina en la definición. Al rescate de Portugal llegó a un minuto del descanso Ricardo Quaresma, que en un grandísimo gesto técnico, un golpeo con el exterior clásico, la trivela, soltó un zapatazo lejano que entró por la escuadra.

La segunda parte no pudo comenzar mejor para Portugal. A los cinco minutos Cristiano cayó dentro del área. El VAR fue el que pitó el penalti, que no había advertido el árbitro paraguayo, Cáceres. Lo tiró bastante mal el crack portugués y el portero Beiranvand pudo incluso atrapar el balón. El gol probableme­nte hubiera significad­o el liderato para Portugal.

A partir de ahí hubo otro partido. Portugal seguía con el balón, pero Irán creyó en sus posibilida­des. En el minuto 81 fue el árbitro el que recurrió de nuevo a la tecnología para decidir si expulsaba o no al mismo Cristiano tras golpear en la cara del defensa Puraliganj­i. Todo quedó en susto para el delantero, que vio una tarjeta amarilla.

Los nervios afloraron de verdad para Portugal cuando de nuevo el omnipresen­te VAR vio penalti por mano de Cédric en el añadido. En medio de una tensión tremenda lo chutó muy bien Aransifard y empató el partido, y de paso colocó a España primera de grupo. Aún pudo ser muchísimo peor para Portugal. Atacó con todo Irán y Ghoddos estrelló en el exterior de la red un remate franco. Se salvó Portugal y los iraníes acabaron llorando, destrozado­s.

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PAULO NOVAIS / EFE Portugal y su líder sufrieron

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