Fumando (shisha) espero
El lugar es extraordinario: un bar marroquí lleno de fotografías de Sara Montiel en pleno Raval. Se llama La
Concha y la especialidad es fumar en shisha, una pipa estilizada de agua con diferentes aromas que tragas sin tabaco. Las
shishas de este local son con gusto de menta, uva, manzana, manzana-menta y uvamenta. Faltan pocos minutos para el inicio del España-Marruecos y el local se va llenando. En el minuto cinco de partido el local es una nube de humo. Una treintena de personas, básicamente marroquíes, fuman de esta pipa vertical con un tubo que se debe inspirar después que te entreguen una boquilla precintada. Me pido la primera
shisha de mi vida con aroma de manzana y una agua de acompañamiento. Pago nueve euros. Marca Marruecos y más de la mitad del local salta de alegría.
– ¿Cómo se llama el hombre de Shakira? (sic)– me pregunta un marroquí que está de turismo en Barcelona.
– Ya era hora que jugara Carvajal– afirma otro marroquí que quiere que gane España y que es muy del Real Madrid.
– Sergio Ramos no cambia. Siempre igual– le dice un compañero cuando el capitán se las tiene con un rival.
La Concha es un lugar inclasificable. Hay más de un centenar de fotografías de Sara Montiel. Pósters de películas (El último cuplé, La mujer perdida, La bella Lola, Samba, La Violetera...), imágenes de todos los tamaños, portadas de revistas e incluso un cartel donde se lee: El acontecimiento discográfico del año y ahí está, claro, Saritísima fumándose un puro de medio palmo. Empata España y la otra mitad del bar grita celebrando el gol de Isco. Medio bar vuelve a saltar con el 1-2 de Marruecos. “Qué defensa”, dice un aficionado español. “Increíble, increíble”, grita el encargado marroquí del bar cuando España empata con el desesperante VAR. Dejo La Concha yenla calle Montserrat con Santa Mónica hay un hostal bar (literal) llamado Riyad La Nuit donde hay oferta de 4 chupitos más 4 mojitos más shisha por 28 euros mientras una pizarra nos avisa de que “hoy fútbol: sisha más bebida por 10 euros”. Me bajo a Spotify Fumando espero y Sara, la eterna Sara, canta.: “Y mientas fumo mi vida no consumo porque flotando el humo me suelo adormecer”. Es tardísimo. El despertador no perdona.
Fumando en shisha en el bar La Concha del Raval, durante el España-Marruecos