Entendimiento sobre migración.
España se ofrece a liderar la cooperación con algunos países del Mediterráneo sur
Sánchez y Merkel están de acuerdo en que España reciba más ayudas y lidere la cooperación con países del Mediterráneo sur.
En la actual crisis política europea por la cuestión migratoria, la geografía lo es todo: el problema, y quizá también la solución. España, país con fronteras exteriores de la UE, está habituado desde hace decenios a la llegada de migrantes a sus costas; y Alemania, ubicada en el corazón del continente, vivía lejos de grandes flujos hasta que, a partir del verano del 2015, recibió a más de un millón de refugiados procedentes de Siria, Irak y Afganistán, debido a una generosa apertura de fronteras de la canciller, Angela Merkel.
Casi tres años después, y pese al drástico descenso de llegadas por el restablecimiento de controles fronterizos y el acuerdo UE-Turquía de marzo del 2016, la democristiana Merkel arrostra en Alemania las consecuencias políticas de aquella decisión. Acuciada por sus socios históricos, los socialcristianos bávaros de la CSU, una Merkel debilitada intenta estos días hilvanar una respuesta multilateral al desafío migratorio, en vista de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE mañana y el viernes en Bruselas.
Hace menos de un mes, el socialista Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno de España, y el repunte de la tensión migratoria –a la que respondió con la acogida del buque Aquarius en València– le ha colocado en una relevante posición en el concierto de las naciones europeas, alineado con Merkel y con el presidente francés, Emmanuel Macron, con quien se vio el sábado en París. Ayer, Sánchez fue recibido con honores militares en la Cancillería de Berlín por su homóloga Merkel, para una cita que se saldó con un intercambio de favores y tareas basado en la geografía.
Así lo detallaron ambos en rueda de prensa después de su conversación. Merkel admitió la inviabilidad temporal de alcanzar un acuerdo entre 28 Estados miembros para una solución europea ya en la cumbre que empieza mañana, y defendió por ello el plan que lleva días promocionando: acuerdos multilaterales, trilaterales o bilaterales entre países especialmente afectados por los flujos de migrantes hacia Europa, con reparto de responsabilidades en función de cada realidad.
“España es un país fronterizo, que en este año está recibiendo un 62% más de migrantes que en el 2017, y que ese año recibió el 100% más que en el 2016”, aseguró Sánchez, para reivindicar que “España está arrimando el hombro, ayudando, siendo responsable, sin levantar la voz, ni elevar un decibelio”, una alusión que parecía señalar al ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, de La Liga (ultraderecha).
La propuesta de Merkel, aplaudida por Sánchez, es que aquel país europeo que tenga más trato con uno u otro de los países de tránsito o de origen de los migrantes lidere la cooperación en nombre de los otros países de la UE. Merkel citó Marruecos, Senegal y Libia. A cambio, y llegado el caso, el país europeo negociador recibiría más ayuda financiera de la UE. “Creemos que España podría recibir más apoyo de la Comisión Europea; si ahora la situación se agravara en España, yo abogaría por que tenga más apoyo”, dijo Merkel, tras una pregunta que evocaba el sostén a Grecia por la crisis de los refugiados. El corolario es que Italia también tendría esas ayudas si liderara los tratos con un país ribereño que conoce bien: Libia.
Para corresponder a Merkel, Sánchez aseguró que “España es consciente del debate en la opinión pública alemana por los movimientos secundarios”, es decir, los de migrantes que llegan a países con fronteras exteriores de la UE, como Italia, Grecia o España, y van luego a Alemania a intentar asentarse. Ese es el aspecto que esgrime la CSU bávara para poder rechazar a migrantes en la frontera alemana en determinados supuestos. Sánchez prometió ayudar. España y Alemania acordarán “en los próximos días” cómo concretar una colaboración sobre “movimientos secundarios”.
En otro orden de cosas, Alemania, Francia y España defienden la creación de centros de desembarco de migrantes en suelo europeo, en los que se gestione quién tiene opción al asilo, y creen que esa vía es compatible con crear centros similares en países de tránsito. Pero ayer ni Merkel ni Sánchez los citaron.
La estrategia de que España lidere en nombre de otros socios de la UE el trato migratorio con determinados países de la ribera sur del Mediterráneo se palpa en la visita mañana a Marruecos de los ministros Josep Borrell (Exteriores) y Fernando Grande-Marlaska (Interior), una inusual combinación de carteras para un viaje así. El Gobierno busca también apaciguar a las autoridades marroquíes, molestas por la aureola cosechada por España al aceptar al buque Aquarius, mientras Marruecos se esfuerza por contener las salidas desde sus costas.
La crisis política por las migraciones en Europa se produce justamente cuando están disminuyendo las llegadas de potenciales refugiados. La semana pasada, la Oficina Europea de Ayuda al Asilo (EASO) indicó una caída del 44% en solicitudes de asilo el año pasado con respecto al 2016. En Alemania se inscriben cada mes unos 11.000 nuevos peticionarios, nada que ver con las abultadas cifras de hace tres años. Y en lo que va del 2018, han llegado por mar a Italia 16.300 personas, la cifra más baja de llegadas desde el 2014, según la Organización Internacional de Migraciones.
Ayer, Sánchez se mostró entusiasta con la propuesta de reforma
Sánchez se alinea con Merkel y con el francés Macron en migración y reforma de la eurozona
Alemania respalda que la UE dé a España apoyo financiero por la gestión migratoria
de la eurozona lanzada por el eje franco-alemán en el reciente encuentro de Merkel y Macron en Meseberg (Alemania). Merkel y Sánchez acordaron también reactivar las cumbres bilaterales hispano-alemanas –la última fue en el 2014–, con una prevista presumiblemente para el año próximo. A estas citas de alto rango acuden los jefes de Gobierno y varios ministros.
En la rueda de prensa, hubo tres preguntas sobre cuestiones de Catalunya y País Vasco. A Sánchez se le preguntó por la apuesta del president Quim Torra por otro 1-O. Sánchez reiteró su voluntad de dialogar con la Generalitat en el marco de la Constitución. “El 1-O es una página que hay que pasar, también por parte del independentismo, y tener un tono constructivo”, alertó en vista de su cita con Torra el 9 de julio. A Merkel se le planteó si incomoda a su Gobierno la presencia de Carles Puigdemont en Alemania, pendiente de resolución judicial sobre una eventual extradición. “Todo se está desarrollando según el claro procedimiento de un Estado de derecho –repuso Merkel–, y en tanto que ambos somos Estados de derecho, no hay ningún problema con ello”. Sobre el acercamiento de presos de ETA al País Vasco, Sánchez replicó que “el Gobierno está dispuesto a revisar la política penitenciaria, sólo porque ETA ha sido derrotada por la democracia”, y pidió a todos los partidos “que este no sea ahora un elemento de división”.
El de ayer fue el segundo encuentro en persona de Merkel y Sánchez, tras la minicumbre informal sobre migración del pasado domingo en Bruselas. Mañana se verán de nuevo, también en Bruselas, ahora ya para la cumbre oficial de la UE.