La Vanguardia

Jóvenes talentos

- TERESA SESÉ

La cantante granadina Soleá Morente, hija del gran renovador del flamenco Enrique Morente, y el violonchel­ista madrileño Pablo Ferrández reciben el premio Fundación Princesa de Girona Artes y Letras.

Una de las muchas cosas que Soleá Morente (Madrid, 1985) dice haber aprendido de su padre, el gran Enrique Morente, es que el flamenco es “un arte en continuo movimiento” y que todo buen creador es en esencia “un traductor de la tradición, “de todo aquello que han hecho otros antes que tú”. Alentada por esta idea, ella misma empezó en el 2012 a transitar por esa misma senda del riesgo desde la que no es posible ver el final.

Un primer trabajo con Los Evangelist­as y dos discos en solitario (Tendrá que haber un camino y el reciente Ole lorelei) le han hecho merecedora de un premio que valora precisamen­te su carácter genuino y su capacidad “para extraer lo mejor de la tradición flamenca para fusionarla con otros género como el pop y el rock”. Eso es. “Recibir el premio Artes y Letras es algo muy especial para mí, el mejor que me podían dar y me emociona profundame­nte: mi cuerpo y mi corazón están divididos entre la música y las letras”.

Porque a diferencia de sus hermanos Estrella y Kiki, la mediana de los Morente no tuvo claro desde siempre que su destino era el cante. Su padre le dijo: “Primero estudia una carrera, luego ya veremos, despacito”. “Quise estudiar Traducción e Interpreta­ción de idiomas, pero no me llegó la nota y acabé haciendo Filología Hispánica”. Posiblemen­te sea la primera flamenca-filóloga de la historia, “aunque no sé, tal vez haya otra por ahí. Rocío Márquez, sin ir más lejos, es doctora universita­ria...”. Pero en todo caso, asegura, el título no es un mero ornamento curricular sino que es “algo que me ayuda cada día en mi música, las lecturas que he realizado, el encuentro con los poetas... al final todo acaba en un mismo lugar .... ”.

El jurado ha destacado también su creativida­d y su capacidad emprendedo­ra para liderar proyectos musicales “en un mundo a menudo difícil para las mujeres”. Ella, que también es actriz, se educó en la igualdad, en la valentía, en lucha contra los prejuicios, y cree para la gente de su generación “es esencial es que se apoye la ilusión, las alas para volar, la creación”.

Inmersa en una gira por España, Soleá planea retomar uno de los proyectos que su padre no tuvo tiempo de materializ­ar: La Casa de la Tradición y la Traducción, un centro cultural en su antigua casa del Albaicín granadino, en el Mirador de San Nicolás, donde tendrán cabida exposicion­es, conferenci­as, recitales... “Me apetece mucho y además me siento responsabl­e”, concluye. de una madre que sólo refrena su acritud cuando trabaja en la peluquería”. Tras triunfar con Primavera, estiu, etcètera, de ámbito rural, y afianzar su trayectori­a con la urbana L’altra, la pregunta siguiente es inevitable. Esta tercera novela, ¿es rural o urbana? “Las dos cosas, cada protagonis­ta vive en entornos distintos”, responde la trinovelis­ta, que confiesa que escribirla le ha costado “una agonía”.

Sin embargo, está contenta del resultado: “Me dije que sólo enseñaría el texto a la editora si me satisfacía al nivel de las otras dos, y me ha costado mucho llegar a este punto, pero al final, reescribie­ndo y reescribie­ndo, llegó”. La editora es Isabel Obiols, que ya había trabajado con Rojales en las novelas anteriores.

Sobre el juego de dialectos que domina, la escritora y arquitecta ebrense dice: “Dialectos no, pero hay aquello de que cada personaje habla como habla (de más correcto a más fatal) según donde ha vivido”.

El cel no és per a tothom tiene 600 páginas.

“Creo que es esencial que se apoye la ilusión, las alas para volar, la creación”, dice Soleá Morente

 ?? BERNARDO DORAL / SONY MUSIC ?? Soleá Morente
BERNARDO DORAL / SONY MUSIC Soleá Morente

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain