Confianza triunfal
Un punto clasifica a la ‘canarinha’ pero una derrota probablemente la condenaría
La selección de Brasil no queda eliminada en una fase de grupos de un Mundial desde Inglaterra 1966, hace más de medio siglo, y, aunque le basta con un empate ante Serbia para avanzar a octavos, si cae derrotada, lo más probable es que haga las maletas, por lo que la canarinha no quiere especular lo más mínimo con el resultado.
No quieren ni pensarlo pero han de tenerlo muy presente para evitarse despistes. Brasil no queda eliminada en una fase de grupos de un Mundial desde Inglaterra 1966, hace más de medio siglo. Hoy lo normal es que esa racha se mantenga. Al conjunto de Tite le basta con un empate ante Serbia para avanzar a octavos pero si cae derrotado lo más probable es que haga las maletas. Sería tremendo para la pentacampeona y para el torneo, que se vería privado de uno de sus favoritos por antonomasia. Ganando Brasil será líder de su grupo si Suiza no bate a Costa Rica. Si los dos vencen habrá que ir a la diferencia de goles. En este momento es de más dos para los brasileños y de más uno para los helvéticos. Quedar primero o segundo en este grupo puede traer como premio envenenado cruzarse en octavos con Alemania pero eso ya lo sabrán cuando salten al césped todos los implicados pues el grupo alemán se decide por la tarde y el brasileño por la noche.
Resultaría espectacular un cruce entre estas dos potencias pero eso ahora es aventurar mucho. Primero tienen ambas que certificar su clasificación.
Brasil no quiere jugar con fuego, pero sí hacerlo un poco mejor que en los dos partidos precedentes. Encuentros en los que ha mostrado un rendilas miento irregular. Ante Suiza fue de menos a más y contra Costa Rica ocurrió todo lo contrario, ya que arrancó con un evidente colapso y terminó decidiendo en el tiempo añadido después de una campaña de acoso y derribo en la segunda mitad.
En ambos decorados el hombre más desequilibrante de la canarinha fue el barcelonista Coutinho, autor de dos de los tres goles de su selección en el torneo. El azulgrana ha tomado riendas del equipo a la espera de que Neymar coja la velocidad de crucero. El delantero del PSG sabe que tiene que ser protagonista y quiere serlo pero hasta ahora, a pesar de su gol a Costa Rica, no ha conseguido imponer su sello. Eso sí, se ha cambiado el peinado, ha protestado a los árbitros, ha insultado a su compañero Thiago Silva por tirar un balón fuera al estar un contrario tendido en el césped y ha llorado como si se acabara el mundo al final del partido ante Costa Rica, según él para liberar tensiones. Pero Brasil no quiere lágrimas.
Su equipo necesita un Neymar más rápido y más desequilibrante en el uno contra uno. Tras introducir sólo un cambio ante los ticos, el de Fagner por Danilo, los medios brasileños habían especulado con posibles novedades en la alineación. En ese sentido Marquinhos se había entrenado como lateral diestro, Willian ya había sido sustituido en el descanso del último partido por un Douglas Costa que funcionó mucho mejor y Gabriel Jesús todavía no ha visto puerta. Pero hete aquí que el seleccionador brasileño sorprendió al personal anunciando ayer la alineación... en la que no hay ningún cambio con respecto al duelo ante Costa Rica. Curioso, como el hecho de que en cada partido el capitán brasileño sea un jugador distinto. En esta ocasión le toca a Miranda tras haber portado el brazalete Marcelo y Thiago Silva.
Tite repite el mismo equipo que ante Costa Rica y el brazalete de capitán le corresponde a Miranda