Cristina Cifuentes
EXPRESIDENTA COM. DE MADRID
La inoportuna migraña que ayer impidió a la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes acudir a la citación judicial por las irregularidades en los másters de la URJC resultó sospechosa, y la juez envió a un médico a verificar la dolencia.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes ha elegido un mal momento para ampararse en dolencias sobrevenidas de naturaleza idiopática a la hora de justificar su incomparecencia en un juzgado de instrucción. Cifuentes alegó ayer el padecimiento de fuertes migrañas para no acudir a la citación judicial que le había dirigido la magistrada Carmen Rodríguez-Medel, encargada de la investigación sobre los presuntos delitos cometidos en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) en la concesión de titulaciones en materia de derecho autonómico.
Uno de esos másters fue obtenido por la expresidenta madrileña, cuya ausencia causó ayer un profundo enojo a la juez. El enfado y la sospecha fueron tales que la magistrada no se conformó con convocar nuevamente a la investigada para el próximo 23 de julio –citación que entra dentro de lo previsible y normal–, sino que además se puso en contacto con la clínica médico forense para ordenar que uno de sus facultativos se personara de inmediato en el domicilio de Cifuentes, con el fin de verificar su estado e informar por escrito al juzgado sobre la veracidad de su dolencia.
Maletín en mano, el forense se aprestó a cumplir la perentoria orden judicial. Cautelosa y prevenida, la juez acompañó su disposición con advertencias verbales a la abogada de la expresidenta con el fin de que no se pusieran “impedimentos” para que el facultativo pudiera visitar a la imputada indispuesta. Pasaban unos minutos del mediodía y caía sobre Madrid un sol de justicia –nunca más apropiada la expresión– cuando el solícito doctor pudo confirmar a la magistrada que, en efecto, la imputada Cifuentes daba signos subjetivos y objetivos de padecer una insidiosa migraña, que pudiera hacer desaconsejable su venida a presencia judicial, y más aún que fuera para prestar declaración, por la influencia o alteraciones conductuales que dicha dolencia pudieran provocar en la compareciente.
Allanada ante estas explicaciones, la magistrada aclaró que cita a Cifuentes para dentro de un mes porque ella coge ahora permiso para unas vacaciones. Entre los letrados del caso nada de ello causó sorpresa, y menos aún el enojo inicial de la juez, a quien el día anterior le había pedido Cifuentes que se inhibiera en favor del Supremo. No faltó en el juzgado quien sospechara que todo ello se solicitaba para ganar tiempo. Ni quien sacara a colación que un recentísimo informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha revelado que el 84% de los jueces sufre un “riesgo
El forense confirmó a la magistrada que la imputada presentaba la sintomatología de la dolencia alegada
muy elevado” de estrés laboral, por sobrecarga de trabajo.
En otras palabras, que para migrañas y cefaleas, las que sufren los integrantes de la carrera judicial a diario, además de las que padecen los estudiantes para aprobar sus asignaturas y cursos de máster. Por lo demás, la juez escuchó ayer a varios testigos, que posiblemente incrementaron sus dolores de cabeza para aclarar el increíble caso de los alumnos invisibles de la Rey Juan Carlos. Y es que más de una docena de ellos aprobaron el célebre máster sin aparecer nunca por clase. Y, por supuesto, sin migrañas.