La Vanguardia

Distensión creciente

El líder de Podemos saludó también a Jordi Sànchez en su visita a Soto del Real

- PEDRO VALLÍN

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, visita al presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, en la cárcel madrileña de Soto del Real.

Pablo Iglesias querría haber ido la semana pasada a ver a Jordi Cuixart, presidente de Òmiun Cultural, a la cárcel madrileña de Soto del Real; quería hacerlo antes de su encuentro del lunes con el president Quim Torra en el Palau de la Generalita­t. Llegar a la reunión tras la visita a uno de los procesados por el juez del Supremo Pablo Llarena avalaba el cariz de utilidad política que Iglesias quería que Torra apreciase en su encuentro, considerad­o antesala informal o reunión preparator­ia de la que Torra mantendrá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

No pudo ser la fecha deseada por Iglesias por culpa de los relevos en el Ministerio del Interior con el cambio de Gobierno. Llegó a manejar la idea de acudir el fin de semana pasado, acompañand­o a la familia de Cuixart, toda vez la relación que Pablo Iglesias e Irene Montero mantienen con Txell Bonet, pareja de Cuixart, a la que ya habían recibido meses atrás en su propia casa del municipio madrileño de Rivas-Vaciamadri­d. Iglesias había informado al presidente Sánchez de su intención y este no obstó al encuentro y se prestó a agilizar las gestiones con el Ministerio del Interior. No sirvió para cerrar la vista a tiempo, como quería Iglesias, pero sí para que pudiera hacerlo este martes en calidad de autoridad, y así encontrars­e con Cuixart vis a vis, y no a través del frío cristal del locutorio.

Iglesias, primer líder de uno de los grandes partidos de ámbito estatal que visita a los encarcelad­os por el juez Pablo Llarena, ratificó con esta visita su impresión tras el encuentro con Torra: los impulsores del proceso independen­tistas asumen la vía muerta en que se convirtió meses atrás la unilateral­idad, son consciente­s de la derrota de esta estrategia y ven una luz de esperanza en la salida del Gobierno de Mariano Rajoy y el PP, y en el tono y la sensibilid­ad del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez hacia la cuestión catalana. En todo caso, Cuixart ratificó ayer a Iglesias su empeño y el del resto de encarcelad­os en que en ningún caso su situación procesal y penitencia­ria sea material de una eventual negociació­n política.

Iglesias había elegido comenzar por Jordi Cuixart, amén de por la relación preexisten­te, por su condición de líder de un movimiento de la sociedad civil de carácter menos político que el de ANC y su expresiden­te Jordi Sànchez. En todo caso, por un azar, Iglesias coincidía en Soto del Real con Marta Pascal, coordinado­ra general del PDECat, que acudía a entrevista­rse con Sànchez, y eso permitió a Iglesias charlar unos minutos con él, y constatar su perfil político genuino.

El presidente del Gobierno realizó gestiones con Interior para facilitar la visita del líder de Podemos

Al salir de la visita, que realizó acompañado del teniente alcalde del Ayuntamien­to de Barcelona, Jaume Asens, Iglesias ratificó su convencimi­ento de que Cuixart y el resto de presos deben ser acercados a Catalunya en aplicación de la ley, pero además que la prisión condiciona­l que padecen no está justificad­a. Y repitió el mantra con el que quiere promover un nuevo marco negociador: “Nosotros estamos haciendo lo que debe hacer un responsabl­e político: ganarse el sueldo contribuye­ndo a resolver problemas”.

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PODEMOS/ DANI GAGO Jaume Asens y Pablo Iglesias, a la salida de su visita a Soto del Real

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