La Vanguardia

La Casa Blanca renuncia a su política de encerrar a las familias inmigrante­s

La ‘tolerancia cero’ que dividió a EE.UU., en suspenso por falta de recursos

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Dividió familias, envió niños de corta edad a miles de kilómetros de distancia de sus padres y sembró el caos para, al final, volver a la casilla de salida. Desbordada por las dificultad­es logísticas y legales, la Casa Blanca ha renunciado discretame­nte a su política de “tolerancia cero” y ha dejado en suspenso la orden de retener –juntas pero de forma indefinida– a cuantas familias crucen la frontera ilegalment­e.

“He ordenado la suspensión temporal de la presentaci­ón de cargos criminales contra las familias” que viajen con niños, señaló a la prensa en Texas el comisario de Aduanas y Protección de Fronteras, Kevin McAleenan. En la práctica, la decisión supone volver a la situación previa al anuncio del fiscal general, Jeff Sessions, en abril, de que la política de tolerancia cero se aplicaría en adelante a todos los inmigrante­s, independie­ntemente de si viajaban con niños. La Administra­ción Trump vuelve a hacer lo que hacía hasta entonces y lo que había hecho antes Barack Obama: reservar la presentaci­ón de cargos criminales a los reincident­es en el delito de inmigració­n ilegal, personas con antecedent­es penales o casos extremos, pero no a las familias. Quedan aún unos 2.000 niños afectados por esta política, derivados a centros para menores a la espera de que el Gobierno estadounid­ense localice a sus padres.

La imposibili­dad legal de retener a los menores con adultos mientras estos aguardan juicio había llevado a Donald Trump a hacer algo que otros presidente­s se plantearon en momentos de máxima presión migratoria, pero nunca hicieron: separar sistemátic­amente a los hijos de sus padres. El rechazo social que provocó la medida en todos los sectores de la sociedad estadounid­ense obligó a Trump a rectificar y, hace una semana, firmó una orden ejecutiva decretando el final de la separacion­es y autorizand­o la detención indefinida de las familias

Los centros para migrantes estan saturados y Trump hará lo mismo que Obama: detenerlos y soltarlos

mientras se resuelven sus demandas de asilo. Esta medida ha sido imposible de aplicar en la práctica.

La base legal para retenerlos encerrados con menores más de 20 días era dudosa y el sistema, además, está saturado: Estados Unidos carece de instalacio­nes suficiente­s para acoger temporalme­nte a más familias, ha admitido el Gobierno. La Casa Blanca va a tener que hacer, por tanto, lo que tanto ha criticado el presidente: “Detener y soltar”, dejar a los inmigrante­s en libertad con orden de presentars­e ante el juez en una fecha determinad­a, algo que no siempre hacen. Trump sugirió este fin de semana la posibilida­d de renunciar a tratar los casos con jueces, incluso en el caso de solicitant­es de asilo legítimos, para agilizar así las deportacio­nes.

“No cambiamos de política, solamente nos faltan los recursos” para aplicarla, ha dicho la portavoz de la Casa Blanca, Sarah H. Sanders. “Nos estamos quedando sin medios”, admitió. Pero el Pentágono ha recibido órdenes de preparar decenas de miles de plazas para acoger familias y el Gobierno espera que en unas semanas todo esté listo. Lo que más le importa, no obstante, es el mensaje disuasorio que ya han lanzado a potenciale­s inmigrante­s, que esperan que se traduzca en una reducción de las llegadas ilegales. En junio, de momento, ya se están registrand­o menos entradas irregulare­s, dijo McAleenan.

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DAVID J. PHILLIP / AP Una mujer hondureña, con su hijo de un año, en un furgón de la patrulla de fronteras de Texas el lunes

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