El astronauta Aldrin y sus hijos se disputan el legado lunar
Ha tenido que pasar medio siglo –el próximo verano se cumplirán los 50 años de la llegada a la Luna– hasta que Edwin Buzz Aldrin, uno de los pioneros del Apolo XI, ha puesto los pies en la Tierra.
Después de ser el segundo hombre en pisar el satélite terrestre –su colega Neil Armstrong impuso su rango para ser el primero–, Aldrin pasó por momentos malos. Cayó en la depresión y el alcohol. Seguía en la luna. Supo resarcirse y volver a sentir el brillo de las estrellas, como si continuara en alguna galaxia.
Hasta ahora, cumplidos los 88. “Estoy desbordado por el dolor”, afirmó ayer en la cadena ABC. Aldrin ha presentado ante un tribunal una demanda contra dos de sus tres hijos. Es su respuesta a la petición de Andrew, de 60, y Janice Aldrin, de 51, de pedir la custodia legal de su padre, por considerar que se halla en un proceso de “declive congnitivo” (pérdida de memoria, confusión), asociado a “personas que tratan de manipularlo”. Detrás de esta expresión se encuentra el intento de sus descendientes de impedir que el célebre astronauta contraiga un nuevo matrimonio.
“Esto es lo más triste que ha sucedido en mi familia”, se lamentó Aldrin tras la iniciativa de sus hijos. Andrew y Janice hicieron efectiva su petición de incapacitación en mayo. Alegaron que sufre paranoia y que lo engañan “esas amistades que lo manipulan con información falsa”.
El padre, que lo niega todo, replicó este junio con su demanda, que se ha de ver en Florida. En su contestación, Buzz alega que sus dos hijos se han aliado con su an- tigua mánager y les acusa de aprovecharse de él, una persona mayor, de fraude y de mal uso de sus fondos y de su legado.
Aldrin ha estado en escena durante los últimos años. Ha hecho cameos en series de televisión. En el 2002 lo absolvieron por pinchar a un hombre que quería que jurara sobre la Biblia que el aterrizaje en la Luna no era un montaje. Es un ferviente defensor de colonizar con humanos el satélite y la semana pasada estuvo en la Casa Blanca cuando el presidente Trump anunció la creación de una fuerza militar espacial.
“Me siento más joven y energético que nunca. Tengo menos confusión y más claridad”, remató ayer. El precio de alunizar.