“En España todo es fútbol y música pop”
Pablo Ferrández (Madrid, 1991) ha sido reconocido por su “brillante trayectoria artística y su extraordinaria capacidad de crear universos sonoros a partir de nuevas lecturas del repertorio universal”. “Es muy bonito que te valoren en tu país con un premio tan prestigioso”, comenta al teléfono desde Berlín el joven cellista, acaso el solista español de cuerda más internacional después de los integrantes del Quartet Casals. Ganar un Chaikovski en el 2015 le dio a conocer, a partir de ahí firmó con su agencia de Nueva York y “desde entonces no paro de dar conciertos”, asegura. El año pasado fueron 50, este 70, y ya cierra contratos para el 2021. Con todo, y “aunque los públicos con muy similares en todo el planeta, el más especial es el español, porque toco para mi gente”.
Instalado en Berlín, y con escapadas para ver a su novia en Madrid, Ferrández va de impresión en impresión, como la que le causa estar cenando de repente con los más grandes directores de orquesta. O la que le causó el Musikverein, en Viena, cuando debutó allí con el doble concierto de Brahms y dos conciertos más. Otra experiencia que le dejó huella fue tocar el triple de Beethoven con Anne-Sophie Mutter y la pianista Khatia Buniatishvili. De hecho, Pablo es un de los Virtuosi de la mítica violinista alemana.
“Es difícil de creer el apoyo que me está dando, porque Mutter es una ídola para mí, de pequeño iba a sus conciertos en Madrid... Aprendo muchísimo, esa seriedad con la que afronta salir al escenario, esa capacidad... Es como una superatleta. Y es que para tener una carrera tan larga y exitosa y tienes que cuidar mucho la cabeza y el físico”.
¿Cuida Ferrández de su físico? “Lo intento aunque es difícil con
“Aprendo mucho de Anne-Sophie Mutter, es como una superatleta”, señala Pablo Ferrández
tantos viajes terribles y los jet lags, pero estoy aprendiendo también eso de ella. Es vital porque de ello depende tu nivel y aguantar el ritmo. No es fácil tocar un día en México, otro en Europa y a la semana siguiente estar en Japón”.
Su siguiente debut importante será con la Sinfónica de Chicago. “Serán dos conciertos al aire libre, con 20.000 personas cada día...”. Y tocando Prokófiev con su Stradivarius. “Es una pasada, lo tengo desde hace un lustro gracias a una fundación japonesa. Es un tesoro, sólo quedan unos 60 en todo el mundo. No sé por qué me eligieron a mí, pero no dije que no, obviamente”.
El cellista lamenta la falta de apoyo que tiene la clásica en España. “En otros países vas por la calle y ves anuncios en prensa, en el metro... Aquí desafortunadamente es todo fútbol y pop. Y me gustan ambos, ¿eh?, pero te pierdes muchas cosas si te centras sólo en eso”.