Social Coin sabe qué preocupa a los ciudadanos
La 'start-up' ha creado Citibeats, una plataforma capaz de extraer las preocupaciones que hay detrás de cualquier fuente de datos de texto
Una acción desinteresada por sorpresa cambia el estado de ánimo durante todo el día del 27% de las personas. Con esta idea nació Social Coin, un proyecto de dos amigos que se proponían cambiar el mundo. Empezaron como una plataforma de intercambio de favores en la que premiaban a los usuarios con monedas que simbolizaba cada buena acción. Fue en 2013, cuando consiguieron una primera ronda a través de la plataforma de crowdfunding Goteo.
Tras múltiples premios y reconocimientos internacionales, hoy sus fundadores siguen teniendo esa visión de un mundo donde los ciudadanos puedan vivir de su contribución a la sociedad. Pero han evolucionado su solución y ya han puesto la primera piedra para el cambio: Citibeats, una plataforma analítica basada en la Inteligencia Artificial única en identificar tendencias y preocupaciones sociales.
“Social Coin nació como un movimiento social, un grupo de personas a quienes preocupaba la crisis de valores de la sociedad y convencidos de que la manera de resolverla era a través de la amabilidad, de las acciones desinteresadas de las personas”, explica uno de sus fundadores Iván Caballero.
“La idea era fomentar, contagiar y trazar la amabilidad para ver cómo hacer epidemias de altruismo”. Crearon una plataforma y una moneda y empezaron a ganar premios. El Institut for the Future de San Francisco les propuso como una de las grandes tendencias de futuro y “con un año de actividad habíamos generados más de 500.000 acciones desinteresadas. Se convirtió en un movimiento global”, recuerda Caballero.
Tras un paso de seis meses en el programa de Startupbootcamp en Barcelona, en 2015 lograron el premio al mejor proyecto del mundo en inclusión y empoderamiento ciudadanos en el World Summit Awards de la ONU. Poco después, la Comisión Europea les dotó con un millón de euros para escalar su concepto al nivel de ciudad y empezaron a colaborar con universidades referentes.
“Después de colaborar con la Universidad de Berkeley, en California, vimos que las personas no ayudan si no hay premio, la motivación debe ser extrínseca en un 93% de los casos, tanto puede ser un abrazo o una sonrisa como dinero. Y nos dimos cuenta de que para fomentar esta amabilidad y trazarla necesitábamos crear un índice para poder ver qué impacto tenían las acciones de las personas”, explica Caballero.
DETECCIÓN DE INQUIETUDES
Con el millón de euros de la Comisión, empezaron un proceso de investigación junto al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el CSIC en la Universidad Autónoma de Barcelona, para evaluar cómo identificar las problemáticas que tenían las ciudades y su grado de importancia para correlacionar. “Si detectamos que las playas sucias o la movilidad en la Ronda de Dalt son un problema grave y tú haces una acción que impacta en la problemática y ayuda a mitigarla, podemos correlacionar el tamaño de la problemática y tu impacto, y te podemos dar los puntos que te toquen”, explica Caballero.
Tras el proceso de investigación, lanzaron hace seis meses Citibeats, “una maquinaria capaz de extraer las preocupaciones que hay detrás de cualquier fuente de datos de texto. Citibeats usa principalmente Twitter pero se puede añadir cualquier fuente de datos. Lo que nos da la máquina es un número de preocupaciones y un tamaño”.
El proceso se ha acelerado también gracias a que el año pasado el grupo japonés de servicios tecnológicos NTT DATA les seleccionó entre más de 1.000 start-ups para colaborar. Vieron que esta tecnología es muy poderosa. NTT DATA tiene una herramienta de inteligencia artificial, también basada en texto, con la que hemos conectado. Además, la compañía provee de software bancario al 60% de los bancos de Japón, y “en un contexto donde cada vez hay más criptomonedas locales, nuestro sistema de evaluar problemáticas y preocupaciones y determinar cuánto vale una acción, podría ser una capa de valor social
añadida sobre cualquier criptomoneda". Pero esta es la visión de futuro de Iván Caballero y su equipo. Por ahora siguen trabajando en el primer peldaño, Citibeats, que será una de las patas de Social Coin. Llevan seis meses comercializándolo y ya han realizado 20 pilotos en todo el mundo. “Nos centramos en ciudades y compañías que trabajan en el ecosistema de una ciudad, que están cerca del ciudadano y configuran el concepto de smart city”. En Cataluña ya han trabajado para la Generalitat y el Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès.
TODO EN UN TUIT
En Citibeats identifican el marco de consulta de todos los tuits alrededor del tema que quieren conocer. La máquina hace un proceso de aprendizaje semisupervisado, es decir, con los primeros ejemplos que se le dan para cada categoría, Citibeats recoge datos y los agrupa en una serie de categorías. “Si la máquina no sabe dónde colocar el dato, nos pregunta y va aprendiendo de lo que le decimos. Hay un segundo algoritmo, que estamos en vías de patentar, por el que dentro de una gran categoría, identifica los clusters de información más densos, el nodo más relevante y te lo enseña. En un tuit, por ejemplo, es capaz de resumirte un concepto muy abstracto, con muchos ángulos”.
¿Y los robots y perfiles falsos que se han hecho tan famosos en los últimos meses? “También los detecta”, asegura Caballero, “pero es nuestra decisión eliminarlos o no, aunque hay que tener en cuenta que también generan corrientes de opinión”.