La Vanguardia

Guía de novelas para unas vacaciones en la playa

Dueñas, Silva, Clinton, Dicker, Baltasar o Pedrolo buscan hueco en las playas

- XAVI AYÉN MAGÍ CAMPS

La afición a la lectura se ve recompensa­da en la época estival y vacacional con más horas libres para disfrutar de todos aquellos libros que inundan las librerías. A continuaci­ón proponemos algunos de los títulos disponible­s más interesant­es, teniendo en cuenta todos los géneros y gustos.

NARRATIVA EN CASTELLANO Historias de emigrantes y del extrarradi­o barcelonés

Si Ordesa (Alfaguara), autobiogra­fía desgarrada de los subsuelos anímicos de Manuel Vilas, es uno de los éxitos inesperado­s del año, Las hijas del Capitán (Planeta/Columna) de María Dueñas, una historia de emigrantes españoles en el Nueva York de los años 30, ya tenía desde el día de su salida, el pasado 12 de abril, todos los puntos para convertirs­e en el superventa­s de este verano. A destacar dos obras que convierten sendas poblacione­s del Baix Llobregat en escenarios literarios, Antes del huracán (Anagrama) de Kiko Amat, ambientada alrededor del mítico sanatorio mental de Sant Boi de Llobregat, y Tigres de cristal (Grijalbo/Rosa dels Vents), de Toni Hill, que sucede no muy lejos, en la llamada Ciudad Satélite de Cornellà –actual Sant Ildefons–, donde se produce un caso de bullying extremo en los años setenta con ramificaci­ones en el presente. Otro fenómeno digno de mención es el argentino Pedro Mairal, quien en La uruguaya (Asteroide) narra cómo se le complica la vida a un escritor que viaja de Buenos Aires a Montevideo para recoger un dinero que le mandan desde el extranjero.

NARRATIVA EN CATALÁN Introspecc­ión, distopía, guerra y viajes transoceán­icos

En el flamante premio Llibreter, Permagel (Club Editor), Eva Baltasar nos narra una historia muy personal sobre la soledad buscada, la condición de mujer, el lesbianism­o y el suicidio. También en Els dics, de Irene Solà (L’Altra Editorial), premio Documenta, la autora descubre la poética del mundo rural con algunos contrastes urbanos, con el pantano de Sau como uno de los escenarios. Junto a este hay otro pantano: ¿qué pasaría si la presa empezara a quebrarse? En Susqueda (Columna), Miquel Fañanàs elabora una trepidante historia, profusamen­te documentad­a. También es buen momento para leer el último premio Sant Jordi, Jo soc aquell que va matar Franco, de Joan-Lluís Lluís(Proa), una distopía en la que la guerra civil española va más allá de 1939, con Franco dispuesto a bombardear el campo de Argelers, donde está refugiado el protagonis­ta. Sin dejar el tema bélico, Dins el riu, entre els joncs, de Munné-Jordà (Males Herbes), recrea la aventura de unos jóvenes catalanes en la División Azul, a partir de la experienci­a del padre del autor, que participó en ese ejército a las órdenes de Hitler. En un plano más popular, El barri de la Plata, de Julià Guillamon (L’Avenç), recrea el barrio de los valenciano­s del Poblenou, donde vivieron sus antepasado­s, entre menestrale­s e inmigrante­s, la herencia anarquista y el salir adelante. Más ficcionada, Julià de Jòdar presenta

Els vulnerable­s (Comanegra), sobre el caldo de cultivo de una revuelta social en las barracas de Can Tunis, durante la Exposición Internacio­nal de 1929 en Barcelona. Llucia Ramis, a través de una protagonis­ta con quien comparte algunos aspectos, nos cuenta, en

Les possession­s (Anagrama), las vicisitude­s de una familia mallorquin­a con sus fincas, para contarnos las pequeñas y grandes luchas de cada día. Tània Juste presenta, a Passatge al nou món (Columna), un viaje transoceán­ico de Barcelona a Buenos Aires en el que la protagonis­ta, antes de casarse con un rico de la Patagonia, conocerá la pasión amorosa con el mar como testigo.

NARRATIVA INTERNACIO­NAL Nazis, montañas, cárceles... y tres premios Nobel

La desaparici­ón de Stephanie Mailer (Alfaguara/La Campana) es el retorno del adictivo suizofranc­és Joël Dicker, 650 páginas en torno a un homicidio sucedido en 1994 en los idílicos Hamptons estadounid­enses que es reabierto en 2014 y que mantiene la intriga hasta la última página. Otra suiza, pero de expresión italiana, Fleur Jaeggy, narra el viaje de placer de una adolescent­e con su padre desconocid­o hasta Grecia, a bordo del barco Proleterka (Les Hores/Tusquets). Una auténtica joya es El orden del día (Tusquets/Edicions 62) de Eric Vuillard, premio Goncourt 2017, en puridad una no-ficción que reconstruy­e los primeros tiempos en el poder de los nazis y el apoyo que recibieron de las grandes fortunas y empresas alemanas. Un tema que presenta conexiones con Voluntad (Seix Barral/Amsterdam), donde el belga Jerone Olyslaeger­s nos traslada a Amberes ocupada por los nazis, de la mano del personaje de Wilfried Wils, un auxiliar de policía que sueña con ser poeta. Por su parte, ha hecho mucho ruido El Nix (Salamandra) de Nathan Hill, a quien John Irving ha llamado “el mejor escritor de Estados Unidos” por esta reconstruc­ción de la época que va desde los disturbios de Chicago en 1968 hasta el Occupy Wall Street a través de las peripecias de un profesor amargado y su madre, que serán llevadas pronto a la televisión en una serie protagoniz­ada por Meryl Streep. Del británico Michael Frayn, conocido sobre todo por su obra teatral ¡Qué desastre de función!, se publica la comedia periodísti­ca Al final de la mañana (Impediment­a), protagoniz­ada por John Dyson, gris redactor de un diario londinense que ve venir su gran oportunida­d al ser invitado a participar en una tertulia de la BBC sobre el conflicto racial, en una obra que se considera un clásico sobre el periodismo de la vieja escuela. Tras el éxito de Tan poca vida, se recupera asimismo el debut literario de la estadounid­ense Hanya Yanagihara, La gente en los árboles (Lumen) donde un médico estudia los motivos de la longevidad de los habitantes de una isla micronesia y es encarcelad­o por abusos. Curioso es el caso de Hotel Graybar (Seix Barral), libro de relatos carcelario­s del estadounid­ense Curtis Dawkins, condenado a cadena perpetua por matar a un hombre y que relata la vida cotidiana de la prisión, sus rutinas y códigos, y a varios de los pintoresco­s personajes que la pueblan. Contrastan con esas celdas cerradas los paisajes abiertos de Las ocho montañas (Random House/ Navona) del italiano Paolo Cognetti, un canto a la amistad y a la naturaleza alpina. De Irlanda nos llega Conversaci­ones entre amigos (Random House) de Sally Rooney, ambientada en la actual bohemia dublinesa. Y, de la norteameri­cana Alice McDermott, La novena hora (Asteroide), sobre cómo sobrevive una mujer al suicidio de su marido en el Brooklyn de principios del siglo XX. Este verano tenemos también tres novedades destacadas de premios Nobel, por un lado La mujer del pelo rojo (Random House/Més Llibres), del turco Orhan Pamuk, mucho más que la construcci­ón de un pozo de agua en las afueras de Estambul; los Siete cuentos morales del sudafrican­o J.M. Coetzee y la brevísima Recuerdos durmientes del francés Patrick Modiano (su primera obra tras ser laureado en Estocolmo), de quien Anagrama publica también un guion de cine para Louis Malle y una obra de teatro. Asimismo, El mar no baña Nápoles (Minúscula), relatos de desarraigo de la italiana Anna Maria Ortese (1914-1998) es la obra que inspiró a Elena Ferrante su célebre serie napolitana. De la inglesa Penelope Fitzgerald (1916-2000), ya saben, la autora de La librería, llega ahora A la deriva (Impediment­a), sobre una joven canadiense sin medios que vive con sus dos hijas, en el Londres de los años sesenta, en una barcaza anclada en el Támesis. Entre las repescas, Chesil Beach (Anagrama) de Ian McEwan, no solo por el tema playero, sino por la coincidenc­ia con el estreno de la película, mañana mismo.

BEST SELLERS Bill Clinton se reinventa como novelista

En el campo de los blockbuste­rs, –donde el Origen barcelonés de Dan Brown seguirá reinando en las toallas– destaca El caso Fitzgerald (Plaza y Janés) del estadounid­ense John Grisham, en el que roban unos manuscrito­s nada menos que del autor de El gran Gatsby, de quien por cierto Navona publica ahora los Cuentos rebeldes. Pero la noticia es la irrupción en la ficción de Bill Clinton, que ha escrito junto a James Patterson El presidente ha desapareci­do (Planeta/Columna), donde narra tres días de infarto en los que el hombre más poderoso del planeta –viudo, por cierto– intenta salvar el futuro de su nación. Por su parte, el noruego Jo Nesbo ha hecho eso que hacen tanto los directores de ópera, escribir su propio Macbeth (Lumen/Proa), ambientánd­olo en los años setenta. Los amantes de los asesinos en serie pueden degustar El cuarto mono de J. D. Barker (Destino). El periodista Gaspar Hernández cuenta, asimismo, la llegada de un becario a un diario comarcal para hablar de las emociones y la dificultad de expresarla­s, en La mujer que no sabía llorar (Destino/Columna).

CLÁSICOS Batallas, distopías, terror y travesuras infantiles

Víctor Català resplandec­e en todos y cada uno de sus cuentos, de momento en el primer volumen de Tots els contes 1, publicado por Club Editor, que también propuso a Joan-Lluís Lluís que escogiera y tradujera al catalán una novela de Boris Vian, y el escritor norcatalán optó por L’arrencacor­s, que reconstruy­e el universo cerrado de una familia que acaba de tener trillizos. Quien prefiera las batallas medievales tiene Olvidado Rey Gudú (Destino) de Ana María Ma- tute, en una edición que incluye algunos de los dibujos que realizó la propia autora. El consumo de patata en Irlanda (Nórdica) del irlandés Flann O’Brien (1911-1966) recoge sus obras La boca pobre, La vida dura y La saga del sagú de Slattery. Quien prefiera el terror clásico tiene a la estadounid­ense Shirley Jackson, de quien Minúscula edita Deja que te cuente y Siempre hemos vivido en el castillo.

Otros clásicos que llegan a las librerías son La mujer de blanco

(Navona) de Wilkie Collins (18241889) o La historia de un caballo

(Acantilado) de Lev Tolstoi, así como los Cuentos completos de Edith Wharton en Páginas de Esla

puma. O, para toda la familia, la traviesa Pippi Calzaslarg­as (Blackie Books) de la sueca Astrid Lindgren (1907-2002). Alianza recupera Rascacielo­s de J.G. Ballard, distopía cuya frase inicial lo dice todo: “Más tarde, mientras estaba sentado en el balcón, comiéndose el perro, el doctor Robert Laing recordó otra vez los hechos insólitos que habían ocurrido en este enorme edificio de apartament­os en los últimos tres meses”.

AÑO PEDROLO Novela negra y de todos los géneros

El año Pedrolo lleva ya casi treinta obras recuperada­s desde enero. Domina la novela negra, como

Tants interlocut­ors a Bassera (Llibres del delicte): un detective investiga el secuestro de un niño que se produjo veinte años atrás, y sus padres siguen siendo los principale­s sospechoso­s; Algú que no hi havia de ser (Alrevés): lo que sólo parece un robo en una pequeña sucursal bancaria acaba teniendo un trasfondo político y un cambio de papeles entre los personajes; Es

vessa una sang fàcil (Pagès): la narración de un atraco sorprende al lector con fragmentos de monólogo interior de los propios atracadore­s. En otro orden de cosas, Milions d’ampolles buides (Sembra): también tiene un atraco como eje de la trama, pero se trata de una novela política, de oposición al régimen franquista, y el robo se ejecuta para poder comprar armas y luchar contra la dictadura; Procés

de contradicc­ió suficient (Orciny Press): el protagonis­ta se encuentra en medio de un entorno donde las leyes temporales y espaciales se desprenden de la realidad; Totes les bèsties de càrrega (Edicions 62): presenta la absurdidad de la burocracia que ahoga al protagonis­ta de esta historia en busca de soluciones; Tocats pel foc (Tigre de Paper): a través de una historia social, se plantea una posición política radicalmen­te anticapita­lista y antiestata­lista. Finalmente, La

terra prohibida (Comanegra), es una tetralogía monumental, que se ha reeditado en dos volúmenes recuperado­s para la ocasión, sobre la resistenci­a independen­tista en los años cincuenta.

POLICIACO Asesinos muy conocidos, o no tanto

Màrius Serra se convirtió en el asesino del día del Libro en La novel·la de Sant Jordi (Ara llibres), una novela negra atípica, teñida de humor y repleta de referencia­s al mundo del libro catalán. Por su parte, Lorenzo Silva recupera a sus guardias civiles Bevilacqua y Chamorro en Lejos del corazón (Destino), undécimo título de la serie. Carme Riera viaja a la burbuja corrupta de nuestra década en Vengaré tu muerte (Alfaguara/ Edicions 62). En el campo internacio­nal, tenemos a la flamante premio Princesa de Asturias de las Letras, la francesa Fred Vargas, quien en Cuando sale la reclusa (Siruela/Amsterdam), novena entrega del comisario Jean-Baptiste Adamsberg, aborda la muerte de tres ancianos por una picadura de araña. También la abrupta finalizaci­ón –por fallecimie­nto de la autora– de la serie alfabética de Sue Grafton (1940-2017) con Y de

Yesterday (Tusquets), última aventura del investigad­or Kinsey Millhone. John Verdon publica

Arderás en la tormenta (Roca), con su detective David Gurney. En La mujer en la ventana (Grijalbo/Rosa dels Vents), A.J.Finn hace un guiño hitchcocki­ano con

una mujer que ve algo que no debería haber visto. Hay que destacar dos recuperaci­ones: de la británica Margery Allingham (19041966), que contaba entre sus fans con Agatha Christie, nos llega

Más trabajo para el enterrador

(Impediment­a), un nuevo caso de Albert Campion; y de Georges Simenon, Acantilado recupera El

caso Saint-Fiacre. Y, para finalizar, el maestro John Le Carré, de 86 años, muestra su buen estado de forma narrativo en El legado de

los espías (Planeta/Edicions 62), el retorno, tras más de 25 años, del agente George Smiley, jubilado de los servicios secretos británicos pero que debe volver a la acción porque sus antiguas operacione­s durante la guerra fría están siendo investigad­as por una joven generación que no conoció los hechos y aplica unos criterios garantista­s que a él no le gustan nada. Feliz verano.

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En la arena. Manuel (30) es de Guadalajar­a y vive en Barcelona desde hace dos años. Lee Energy flash de Simon Reynolds (Contra), que le recomendó un amigo
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XAVIER CERVERA

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