La economía, bien...
LA economía española sigue creciendo de forma notable, puesto que en el segundo trimestre del año lo hizo en un 0,7% del PIB, según el avance de los cálculos del Banco de España. Es el cuarto trimestre consecutivo en que el crecimiento se sitúa en ese nivel, es decir, un 2,8% en los últimos doce meses, lo que indica un sano equilibrio en el quehacer del país. Aunque el banco emisor español advierte sobre algunos riesgos, como la ralentización del consumo privado por efecto de la inflación, así como la influencia de las incertidumbres que afectan a la esfera internacional, en especial las guerras comerciales y un posible freno de las reformas por causa de la delicada situación política del Gobierno en el Congreso de los Diputados.
El crecimiento español de los últimos meses obedece a la revitalización del consumo interno debido, fundamentalmente, a la mejora del empleo y de las rentas familiares. Pero en las últimas semanas del trimestre se ha detectado una desaceleración de la demanda interna a causa del repunte de la inflación como efecto de los precios del crudo. Según los cálculos, sólo el componente energético hace que el IPC pase del 1,2 interanual del primer trimestre al 2,1% del periodo entre abril y junio del presente año. Casi un punto de diferencia es mucho para una economía que sigue excesivamente dependiente del petróleo. Si se suma que los créditos al consumo pierden dinamismo y las mejoras de los salarios siguen anémicas, se explica esta reducción gradual y suave, pero que es una pérdida de dinamismo a fin de cuentas.
En ese cuadro de la economía española no puede faltar el marco internacional. La zona euro sigue siendo un marco de referencia estable y beneficioso, pero que también tiene sus incertidumbres, especialmente en lo que se refiere a las políticas de aranceles en los que se ha empleado EE.UU. y la amenaza de las guerras comerciales, empezando entre el país norteamericano y China, pueden afectar a Europa y, por tanto, a España.
Finalmente, el Banco de España también advierte sobre el futuro de las políticas de reformas en España. El ascenso del PSOE de Pedro Sánchez al Gobierno tras la moción de censura ha conformado la situación de un Ejecutivo que se apoya en un abanico de fuerzas complicado –situación que puede demorar reformas pendientes– o acelerar decisiones sobre reformas ya aprobadas, lo que puede afectar negativamente a la economía. En síntesis, la economía española crece de forma equilibrada y continuada, pero las incertidumbres interiores y exteriores pueden tener efectos adversos.