Cada 30 de junio, un día para concienciar sobre los impactos con rocas del espacio
El 30 de junio de 1908 un asteroide de 40 metros cayó en Tunguska (Siberia) y destruyó una superficie de bosque del tamaño de la isla de Gran Canaria. Fue el impacto más importante en la historia reciente de la Tierra, y por este motivo las Naciones Unidas designaron –el 2016– el 30 de junio como día del Asteroide, una ocasión para concienciar sobre la amenaza, pero también las oportunidades que ofrecen los numerosos cuerpos rocosos que viajan por el espacio. Cada año, con motivo del día del Asteroide, y para conocer más sobre estos pequeños cuerpos vinculados con el origen y la evolución del sistema Solar, se transmite en directo a todo el mundo un completo programa que reúne a astronautas, estrellas de rock y científicos. Además de concienciar sobre la vulnerabilidad de nuestro planeta ante el posible impacto de una roca espacial de efectos devastadores, durante el acto también se describen multitud de ingeniosas soluciones para proteger la Tierra de estas rocas errantes.
El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) participará un año más en este día a través de actividades de divulgación que llevarán a cabo investigadores del grupo de Sistema Solar. Julia de León dará una charla en el Planetario de Castellón (Valencia) el día 6 de julio para explicar la composición de los asteroides y las misiones espaciales que se encuentran actualmente de camino hacia dos de estos cuerpos celestes. En especial, hablará de la misión de la NASA Osiris-REx, de la que es miembro. Por su parte, Miquel Serra Ricart, a través del proyecto de ciencia ciuda- dana Cazadores de Asteroides (Cazasteroides.org), del que es responsable, lanzará el viernes 29 de junio un concurso con motivo del día del Asteroide. La persona que, usando esta aplicación para móviles, quede en primera posición en el ranking conseguirá un meteorito de tipo metálico (con origen en el cráter de Sikhote Alin, en Rusia). Cazasteroides se puso en marcha a finales del 2016, financiado conjuntamente por la fundación Fecyt, la Universidad Politécnica de Madrid y el IAC. En la actualidad, cuenta con más de 3.000 usuarios, 70.000 detecciones y 197 nuevos candidatos. anual terrestre y que lo harían el recurso más rentable de los asteroides, según Mitch Hunter-Scullion director y fundador de la empresa. Otros expertos, como Galache o Michael Küppers, investigador de la ESA, opinan que los costes de traer el platino a la Tierra lo harán inviable económicamente, por lo menos en las próximas décadas.
Planetary Resources, que ya ha situado dos prototipos en órbita, planea lanzar su primera flota exploradora de bajo coste en 2020, según Stacey Tearne, vicepresidenta de comunicaciones. Asteroid Mining Corporation lanzará su primer prototipo también en 2020 y Deep Space Industries lo hará en 2022. Aten Engineering podría lanzar su primera nave en un plazo de cinco años tras reunir fondos.
Las compañías también esperan los resultados de misiones como Hayabusa2, de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) u OSIRIS-REx, de la NASA, que tomarán muestras de los asteroides de tipo C Ryugu y Bennu, respectivamente, y las traerán a la Tierra. Por otra
parte, la NASA y la ESA planean una misión conjunta a partir de 2021 para desviar el más pequeño de la pareja de asteroides Didymos. Aunque su objetivo es ensayar la tecnología para proteger a la Tierra de un posible impacto, el experimento puede ofrecer datos para la minería de asteroides, según Michael Küppers.
Los expertos esperan que la explotación minera de asteroides deje de ser ciencia ficción y se convierta en una realidad en este mismo siglo. “Podríamos minar asteroides en la década de 2020 o 2030” si se supera uno de los principales retos, que es el de obtener financiación, según Mitch Hunter-Scullion. “Si la inversión se mantiene baja, como hasta ahora, podríamos tardar cincuenta o cien años. Si se incrementa drásticamente, mucho antes, quizá en cinco años”, coincide José Luis Galache. “Por ahora no hay naves que puedan aprovecharse de los materiales de los asteroides, por lo que tendrán que pasar un mínimo de cincuenta años antes de que este mercado sea rentable”, valora en cambio Küppers.