Barcelona se posiciona como la sexta mejor ciudad del mundo en movilidad
El área metropolitana de Barcelona se ha situado como la sexta ciudad con mejor sistema de movilidad urbana a escala mundial según el Deloitte City Mobility Index, un informe muy exhaustivo que compara la situación en 47 metrópolis de todo el mundo. Por delante de Barcelona sólo se encuentran Singapur, Berlín, Londres, Helsinki y Tokio.
El estudio señala como puntos fuertes de la movilidad en Barcelona la cobertura geográfica de la red de transporte público y el sistema tarifario integrado. Aunque la T-Mobilitat sigue sin llegar, el socio responsable de sector público en Deloitte, Josep Palet, valora que “la colaboración entre las diferentes administraciones públicas implicadas ha sido fundamental para posicionar a Barcelona como un ejemplo a escala internacional”. La también socia en Deloitte Ana Fuster valora que el sistema de transporte barcelonés, en comparación con otros, “se caracteriza por estar centrado en el usuario y ser adaptable”.
El informe pone especialmente en valor las obras llevadas a cabo para que las estaciones de metro y autobuses sean accesibles para las personas con movilidad reducida y el aumento de los carriles bici y hace una mención especial a las políticas de creación de más espacio para los peatones mediante iniciativas como las polémicas supermanzanas, que son vistas como una de las soluciones referentes a nivel mundial. El buen posicionamiento en las primeras posiciones de estudios similares sobre ciudades inteligentes por la gran cantidad de sensores desplegados en las calles de Barcelona es otro elemento que va aparejado a la movilidad y considerado una buena práctica en el sector.
Los puntos débiles de la ciudad en el análisis de 60 parámetros realizado por Deloitte son la congestión y la contaminación. Los autores del estudio recomiendan apostar por el transporte público, pero también por el transporte activo (bicicletas, patinetes y otros artilugios), así como las soluciones de vehículos compartidos por las que los usuarios pagan por el tiempo de uso. Esta solución en el sector de las motos se encuentra en plena eclosión en Barcelona, pero aún no ha cuajado en el de los coches. Otro aspecto que necesita mejorar la capital catalana es la falta de inversión en los aspectos de futuro que pueden revolucionar la movilidad. En este sentido, instan a desarrollar planes para probar vehículos autónomos compactos adecuados para el denso tejido urbano y reforzar la ciberseguridad de los sistemas. Además, defienden la transformación de estructuras urbanas infrautilizadas en espacios verdes y en puntos de intercambio modal.