Carlos Pazos recrea a Marcel Duchamp en las Garrigues
Rrose Sélavy, seudónimo de Marcel Duchamp, dio a conocer el año 1914 una escultura que tituló Erizo .Se trataba de un égouttoir, un objeto de círculos y varas de hierro en el que los bodegueros franceses secaban las botellas. Ahora, el mismo objeto ha sido recuperado por Carlos Pazos, artista de larga trayectoria conceptual, que lo reproduce como un faro en un rincón de La Vinya dels Artistes, la finca de La Pobla de Cérvoles, en las Garrigues. La obra de Pazos, titulada No et prometo res , se añade a las de Guinovart –ideólogo de este espacio–, Santos, Frederic Amat, Gregorio Iglesias y Evru, entre otros, en este museo a la intemperie que cada año enriquece el paisaje de viñas y olivos centenarios.
Según Carlos Pazos, “el título de esta instalación se basa en el hecho de que un buen vino, según mi impresión, si pudiera hablar diría que no puede prometer nada”. Pazos no oculta su intención de homenajear a Duchamp: “A mi me gustaría que no se vea como una escultura dadaísta, sino recuperar su uso cotidiano y que a la vez sea un homenaje al vino”. “Como artista nunca se puede prometer nada, has de esperar a que la gente saboree, como cuando pruebas el vino. Pero la frase me gusta porque puede ser el título de un bolero”, afirma.
El égouttoir de Pazos tiene seis metros de alto y tres de diámetro y se erige como un faro junto al que se ha acondicionado un mirador. La Vinya dels Artistes es una iniciativa que la familia Jové lleva a cabo desde el año 2009.