Blázquez asegura a Sánchez que la Iglesia no es su contrincante político
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió en el palacio de La Moncloa con el presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), Ricardo Blázquez, el pasado 19 de junio, en lo que fue el primer encuentro del máximo responsable de la Iglesia española con el nuevo jefe del Ejecutivo, según reveló José María Gil Tamayo, portavoz de la CEE en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Permanente de la CEE. “La reunión se desarrolló en un clima de normalidad institucional y de cooperación. La Iglesia no es un contrincante político del nuevo Gobierno”, afirmó. El encuentro fue facilitado por el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. Ricardo Blázquez es también arzobispo de esta ciudad y dejó claro al líder socialista la voluntad de la Iglesia española de colaborar en temas como la inmigración y la lucha contra la pobreza.
Cabe recordar que durante el mandato del anterior presidente de Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, este tuvo que afrontar una durísima oposición por parte del entonces presidente de la CEE, Antonio María Rouco.
Que Ricardo Blázquez presente otro talante muy distinto al de Rouco no quiere decir que la Iglesia haya abandonado alguno de sus conocidos postulados doctrinales. “La Iglesia va a decir lo que tenga que decir en el ámbito social y político y sobre asuntos como la eutanasia o la educación de los hijos, pero hay que huir de lenguajes apocalípticos, al menos entre los interlocutores máximos”, comentó ayer Gil Tamayo. “Si luego hay voluntarios en la plaza con discursos anticlericales propios del siglo XIX (en alusión a Podemos), será dentro del espectáculo de algunos, pero no es la normalidad en la que se quiere estar”.
Los obispos españoles fueron ayer particularmente duros con la proposición de ley de eutanasia a cuyo trámite ha dado luz verde esta semana el Congreso de los Diputados, pues, a su juicio, abre la puerta a un “corredor de la muerte voluntario” y a la creación de “derechos de laboratorio”, en palabras del portavoz de la CEE. En su lugar, la Iglesia propone que se regulen mejor los cuidados paliativos.
“No podemos hacer corredores de la muerte. Ya tenemos bastantes y esperamos que desaparezcan. Esta ley abriría el paso a una valoración de la calidad de los tipos de vida según las circunstancias de dolor y de sufrimiento subjetivas. Esta ley -subraya Gil Tamayo- pone en cuestión el principio de no matarás y nos lleva a establecer unos baremos de calidad de vida y a unos derroteros subjetivistas muy peligrosos. Morir no es un derecho y, por tanto, no se pueden ir haciendo derechos de laboratorio que no nazcan de la dignidad y de la naturaleza humana”.
En cuanto a otro asunto de gran actualidad estos días, el traslado de los restos de Francisco Franco de la basílica del Valle de los Caídos, Gil Tamayo mantuvo la postura conocida de la Iglesia de no oponerse. “La decisión de enterrar allí a Franco no nace de la Iglesia ni le corresponde a ella decidir. Es otro ámbito, el político o el familiar, el
Los obispos critican la ley de eutanasia y no se oponen al traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos
que ha de decidir”. Sobre la posible oposición de los benedictinos de la basílica, (el abad se negó en un primer momento), Gil Tamayo recordó que “el papel de la Iglesia es orar y pedir a Dios por el eterno descanso de los difuntos que allí reposan. No es una cruz selectiva, ni la de unos contra otros”.