El Tour cierra la puerta a Froome, cuatro veces ganador
Se abre una semana de recursos y tribunales antes del inicio de la carrera
Era previsible y así ha sucedido. El caso Froome monopolizará las fechas previas al Tour 2018, que arranca el sábado en la región de la Vendée, y ayer empezaron las operaciones estratégicas en torno a un caso polémico. La dirección de la carrera, según avanzó Le Monde, rechaza acoger al actual campeón, ante las dudas que se mantienen sobre su control sospechoso de la pasada Vuelta a España. Han transcurrido más de ocho meses y todavía sigue abierto el caso, sin resolución en un sentido u otro.
El Tour pide blanco o negro y el asunto se desliza por todos los tonos del gris. El corredor y el Sky argumentan que no se trata de un positivo irrefutable, sino de un control fuera de la norma sobre el que pueden argumentar. Así lo indican los reglamentos del antidopaje. Y con este panorama, los organismos ciclistas no han conseguido tomar ninguna decisión. Froome puede competir, como lo hizo, sin ir más lejos, en el Giro, que además conquistó. Pero el Tour es otra historia. El artículo 29 de su reglamento interno indica que la carrera se reserva el veto de cualquier equipo o miembro de uno que pudiera afectar a la imagen de la competición. Y han decidido aplicar la norma: no quieren a Froome.
“Chris correrá el Tour”, ha replicado sin espera Michelle Cound, la esposa del ciclista. Y la batalla está abierta. El Sky presentará reclamación ante el Tribunal del deporte del comité olímpico francés. Esta primera instancia debe reunirse mañana y anunciar su decisión el miércoles. Pero atención, lo que estudiará este tribunal no es el positivo de Froome, sino si su presencia en el Tour perjudica la imagen de la carrera. En este punto se centra ahora el debate. Sea el que sea el resultado, quedarán aún días hasta el sábado para nuevas demandas y revisiones. La Unión Ciclista Internacional ha anunciado que comunicará su punto de vista antes del sábado 7 de julio. “Será durante esta semana”, ha confirmado el presidente, el francés David Lappartient.
En el pasado, el Tour ha promulgado recusaciones similares, con suerte dispar. En 1999 quiso evitar a Richard Virenque y a Manolo Saiz, pero la UCI dio la razón a los repudiados por un “defecto de forma”. En el 2006, tras la operación Puerto, el vetado fue el Astaná. El TAS sólo aceptó la recusación de ciertos corredores, no de todo el equipo, pero como sólo le quedaron cuatro limpios, no pudo tomar la salida.
Finalmente, en el 2008, el Tour cerró la puerta a Tom Boonen, por un positivo de cocaína fuera de competición. Pero el recurso del belga salió adelante y finalmente tomó la salida en Mónaco. El caso Froome dista mucho de estar cerrado.
PRIMER COMBATE La carrera francesa aplica su reglamento y repudia a quien podría “afectar a la imagen” de la competición