Tarragona clausura sus Juegos del Mediterráneo
Tarragona despide el certamen deportivo que remontó en público durante los últimos días
“Estamos muy a gusto en la villa, el ambiente es genial y las instalaciones deportivas también están muy bien”, afirmaba esta semana una de las jugadores del equipo femenino de bádminton de Egipto. Y sí. Por primera vez los participantes de unos Juegos Mediterráneos se han alojado en hoteles (los de Port Aventura) y la cifra de participantes ha sido récord con 3.648 deportistas. Tarragona despidió ayer unos Juegos que comenzaron con una cuestionada ceremonia con la que no se llenó el campo del Nàstic. Un certamen que arrancó con muy mal pie y gradas prácticamente vacías y que, aunque remontó de público durante los últimos días, no ha contado con la complicidad de la ciudad.
Los máximos responsables de los Juegos destacan la satisfacción de los atletas y de las federaciones deportivas que han participado. “El comité organizador ha hecho un trabajo extraordinario, han tenido que gestionar muchas dificultades y lo han hecho lo mejor que se podía con los medios disponibles; para nosotros ha sido un éxito”, afirmó ayer por la mañana el presidente del Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos, Amar Addadi. El director del certamen, Víc-
tor Sánchez atribuyó estos problemas al récord de participación: “Vinieron 600 personas más de las previstas cuando los concursos para los servicios ya se habían adjudicado”, cosa que obligó a redoblar esfuerzos, por ejemplo, en logística y movilidad. Diariamente entre 85 y 120 autobuses han trasladado a los deportistas desde Port Aventura a Tarragona y al resto de 15 subsedes.
Mientras se disputaban las finales masculinas de waterpolo en la
EL AMBIENTE La mayoría de los deportistas han escogido Salou para ir a pasear y tomar algo
EL BALANCE Ballesteros: “Tenemos la sensación real y objetiva que hemos estado a la altura”
piscina olímpica de Camp Clar y once horas antes de la ceremonia de clausura, los máximos responsables hicieron balance. “Tenemos la sensación real y objetiva que hemos estado a la altura”, afirmó el alcalde Josep Fèlix Ballesteros (PSC), quien insistió en que “todos los deportistas y las federaciones nos han felicitado y como ciudad hemos tenido una repercusión enorme que nunca hubiéramos podido pagar”. La organización de los Juegos ha costado 30 millones, a los que hay que añadir la inversión de 60 millones más en infraestructuras deportivas, principalmente en el anillo olímpico del barrio de Camp Clar, cuya gestión futura todavía tiene que decidirse. “En principio, del Anillo Mediterráneo se hará cargo el Patronat Municipal d’Esports y estamos negociando con el Govern, que es el propietario del palacio de deportes, para ver qué modelo de gestión adoptamos”, explicó Ballesteros.
Sin embargo, pocos deportistas se han visto por las calles de Tarragona. Ni hoteles, ni restaurantes, ni comercios de la ciudad han visto engrosar sus cajas por este evento. La mayoría de deportistas han escogido Salou para ir a pasear y sentarse en una terraza. Y a falta de datos sobre cuántas entradas se han vendido, Ballesteros y el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, sacaron hierro a lo que califican de “anécdotas”, como la huelga de árbitros, el pavimento de basquet hundido o el hecho que Mireia Belmonte tuviera que colgar la medalla a su rival. “De las 245 imposiciones de medallas que ha habido, ¿será esta la que quede?”, se preguntó Blanco, quien destacó el papel crucial de los voluntarios e insistió en la importancia de unos Juegos que “desde que empezaron a organizarse ha tenido cuatro presidentes de la Generalitat y tres del gobierno, además de todo tipo de avatares políticos y económicos”.