“La Liga de las Ligas de Europa”
Matteo Salvini se da un baño de masas en el aquelarre anual de los ultraderechistas
Más de 200 autocares llegados de toda Italia para un aquelarre único: la reunión anual de la Liga, celebrada en los prados de Pontida (Milán) desde hace 28 años. Esta vez ya no ensalzan la anhelada libertad de la Padania, aquella región ficticia al norte del río Po con la que soñaba Umberto Bossi. Ayer reivindicaron las gestas de su líder, Matteo Salvini, al frente del Ministerio del Interior.
Su mano dura a lo largo de este mes al frente de Italia, eclipsando a sus socios de gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (M5E), hasta se ha transformado en souvenir. “Se ha terminado el chollo” (refiriéndose a los inmigrantes) o “cerremos los puertos” fueron algunas de las camisetas vistas. El récord de asistencia de 75.000 participantes, según la organización, hizo que se preparasen 1.200 litros más de cerveza que en la edición anterior.
Fue en este escenario donde el ultraderechista, en mangas de camisa, proclamó el que a partir de ahora va a ser su próximo objetivo. “Para ganar tuvimos que unir a Italia. Ahora tenemos que unir al resto de Europa”, dijo entre aplausos. “Estoy pensando en una Liga de Ligas de Europa, uniendo todos los movimientos libres y soberanos que quieren defender a su gente, sus fronteras, sus fábricas, sus empresas agrícolas y el bienestar de sus propios hijos”, continuó.
No se quedó aquí. Salvini quiso equiparar esta idea de movimiento con el que hizo caer el muro de Berlín. Ahora él se ve capaz de hacer caer “el muro de Bruselas”. “Sólo si las ideas de la Liga llegan a Francia, Alemania, España, Polonia, Austria, Hungría, Dinamarca o Portugal, esta Europa tendrá la esperanza de existir”. También siguió con su cruzada contra el presidente francés, Emmanuel Macron, lamentando la victoria contra Argentina en el mundial. “Messi ya no es el que era”, ironizó. Y prometió que las elecciones europeas del año que viene serán un referéndum entre los partidarios de los mercados y esta unión de pueblos soberanos. El ultraderechista quiso cerrar su aparición con una promesa. “Cada uno de vosotros es mi hermano y mi hermana, vuestros hijos son mis hijos”, lanzó. “¿Prometéis no parar hasta que hayamos liberado a los pueblos de Europa?”. El sí atronador de los asistentes fue unánime.
Más cómodo que nunca, il capitano no sólo cargó contra Europa. Aprovechó para reafirmarse en su deseo de que las familias las formen “un papá y una mamá”, y hasta atacó a Coca-Cola. A su juicio, utiliza el orgullo gay para vender más latas. Blandió un rosario, como hizo durante la campaña. Y continuó con sus mensajes en contra de las oenegés que operan en el Mediterráneo. Respondió tajante al presidente del Parlamento, Roberto Fico, que representa a los sectores más izquierdistas entre los grillini. Fico ha pedido este fin de semana que Italia deje de tener los puertos cerrados a las oenegés. “Si se cierran o se abren, lo decide el ministro del Interior”, le contestó. El mismo domingo, Acnur informaba que otras 63 personas han desaparecido en el Mediterráneo.
Pero si algo puso en evidencia el encuentro de Pontida fue la nueva “hermandad” de la Liga –así lo definió su líder– entre la ultraderecha italiana. Todavía predominaba el color verde, asociado a las tesis autonomistas, pero el oficial fue el azul oscuro: el impuesto desde que la Liga dejó de ser Liga Norte en el 2017. Las delegaciones representadas ayer en la campiña milanesa regalaban una imagen impensable hace años con representantes y senadores de todas las partes del país. Hasta llegó un autobús de Bari que había recorrido más de 900 kilómetros lleno de militantes unidos por su rechazo a la inmigración. Lejos quedan los días en que Salvini lucía camisetas con ese ya caducado mensaje de “Padania is not Italy”.
CONTRA “EL MURO DE BRUSELAS” El ministro pide unir “los movimientos libres y soberanos” de cara a las europeas del 2019
LIGUISTAS DEL SUR
El encuentro evidencia la nueva Liga, con delegaciones de todas las partes de Italia