La Vanguardia

Expansión yihadista en América Latina

- Eduardo Martín de Pozuelo

El desarrollo de los acontecimi­entos relacionad­os con el universo yihadista dibuja un panorama en el que la consolidac­ión de un Califato universal virtual es un hecho. El potencial ideológico que emana del Estado Islámico (EI) ha pasado de propagarse a sustentars­e en las redes sociales que albergan su mensaje radical y toda la propaganda que capta nuevos adeptos. Así, lugares aparenteme­nte muy alejados por su idiosincra­sia del ideario yihadista ofrecen síntomas de permeabili­dad al mensaje del EI.

Europa ya ha sido testigo de casos de conversión al integrismo más feroz por parte de personas totalmente alejadas del perfil de un hipotético simpatizan­te potencial del yihadismo. Unas metamorfos­is que permiten comprender que la captación de nuevos correligio­narios excede a los ambientes que podrían considerar­se más idóneos. En Barcelona se ha dado el caso de una joven sudamerica­na que en menos de un año pasó de bailar salsa los fines de semana, la ropa ajustada y los cubalibres, al burka. Una prenda que únicamente se quitaba para disimular su nuevo credo cuando hablaba a través de Skype por videoconfe­rencia con su familia en su país natal. La joven fue detenida por su vínculo terrorista con el Estado Islámico. Igualmente en Barcelona, los Mossos d’Esquadra detuvieron, en el marco de una gran operación internacio­nal, a un joven brasileño que había abrazado el ideario yihadista y que formaba parte de una muy activa célula de fanáticos. Y, en Colombia, aún resuena el gran eco mediático que produjo la detención en Suiza de una compatriot­a nacida en Venezuela que fomentaba el terrorismo en Europa en nombre del EI. En esta ocasión, la mujer fue captada por su marido, un bosnio que también había pasado del laicismo al más profundo integrismo. Un cambio que le llevó a liderar un grupo del EI que incitaba a cometer actos terrorista­s en Europa y que se servía para comunicars­e de una red de mensajería encriptada en Telegram. Uno de los proyectos que desbarató la policía helvética cuando desarticul­ó a esta célula consistía en el adoctrinam­iento de niños para que cometieran ataques con cuchillos.

América Latina no se libra de este fanatismo y entre los países que a priori se podría suponer, erróneamen­te, que están fuera del circuito yihadista se encuentra Brasil. Allí, la policía ha desarticul­ado una organizaci­ón calificada por las autoridade­s brasileñas de “estructura del Estado Islámico”. En el comunicado oficial que se hizo público tras la detención de este grupo extremista de once personas, entre ellas tres menores y una mujer, la fiscalía del estado de Goiás, en el centro oeste del país, explicó que se trataba de una organizaci­ón afín al EI dedicada a la difusión de su propaganda y a la radicaliza­ción y captación de nuevos fanáticos, especialme­nte menores. Su propósito, añadió la fiscalía, era el de consumar atentados en el propio Brasil. La policía federal agregó que los detenidos, “además de usar el material propagandí­stico, al que tenían acceso para reclutar adeptos al terrorismo, principalm­ente entre colectivos desfavorec­idos, intercambi­aban informació­n sobre la forma de obtener visados para viajar a países de Oriente Próximo con la intención de unirse allí a algún grupo terrorista”. Y, como es habitual, entre la propaganda y los pavorosos vídeos específico­s del Estado Islámico los agentes encontraro­n los acostumbra­dos manuales para la “guerrilla terrorista”, también autodenomi­nada lone yihad. Tampoco han faltado los tutoriales para la fabricació­n de explosivos con materiales fácilmente asequibles que uno de los detenidos ya había propuesto utilizar durante el carnaval de Río de Janeiro. Por cierto, unos manuales como los que utilizaron, con fatales resultados para ellos, integrante­s de la célula terrorista autora de los atentados de Barcelona y Cambrils.

Este grupo arrestado en Brasil constituye una sólida prueba acerca de la capacidad de globalizac­ión del yihadismo terrorista. Y es así porque la célula brasileña fue detectada por la policía federal mediante el rastreo de los mensajes de sus integrante­s a través de las redes sociales sólo después de que la Guardia Civil facilitara en el 2016 a sus colegas cariocas los números de teléfono que tenía en su agenda un brasileño detenido entonces en España por pertenenci­a a otra agrupación yihadista. Durante su investigac­ión, los guardias descubrier­on que los yihadistas se comunicaba­n con otros españoles ya instalados en Siria e Irak y también,

La detención en Brasil de una célula muy bien organizada ejemplific­a el poder reclutador del EI en las redes sociales

y en ese caso en portugués, con otras personas que creyeron situar en Brasil, tal como finalmente se confirmó.

“Una bala en la cabeza de todo apóstata” o “Vamos en la vía de Alá” son lemas que los detenidos en el gran país sudamerica­no usaron cuando intercambi­aron por Internet material terrorista con otros miembros del EI en Turquía, Siria, Libia, España y, desde ahora obviamente, en Brasil.

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EVARISTO SA / AFP Tentáculos en Brasil. Un policía conduce a uno de los yihadistas detenidos en Brasilia
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