LeBron acepta el nuevo reto de reconstruir los Lakers
Al rey de la NBA y del baloncesto mundial lo han rebautizado. Ya no es LeBron. Ahora le llaman LA-Bron James.
El LA es la abreviatura de Los Angeles. El que se esperaba fuera el gran asunto del verano acabó casi antes de empezar. LeBron James se va a Hollywood. El ya ex jugador de los Cleveland Cavaliers optó por aceptar la oferta de los Lakers de Los Angeles. Le convenció el presidente operativo de la entidad, otra leyenda, Magic Johnson.
El sábado se reunieron en una de las mansiones que James posee en la ciudad angelina y la cuestión quedó resuelta. Los Lakers y toda su mítica llevan cinco temporadas sin entrar en los playoff. A diferencia de otros deportes, en el baloncesto una estrella puede cambiar el rumbo de una entidad. Los Lakers han dejado de ser unos outsiders. Vuelven a contar en las apuestas y más si el plantel aún se enriquece más.
James, de 33 años (cumple los 34 en diciembre), aceptó una oferta de 154 millones de dólares por cuatro años de contrato. Por estratosférica que parezca la cifra, había equipos dispuestos a darle más. Por ejemplo, el de su tierra. Los Cavaliers le ofrecían 207 millones por cinco años.
Pero él pensó que era el momento de hacer un cambio en busca de otro reto. Como los Juegos Olímpicos, el show de James llega cada cuatro años. En el 2010, cansado de siete temporadas frustrantes en sus Cavaliers, decidió mudarse a Miami, donde alcanzó un póker de finales y ganó dos anillos.
En Cleveland quemaron entonces su camiseta. En el 2014 se las tuvieron que volver a comprar. James regresó a su origen para alcanzar por fin su meta. Ha jugado otras cuatro finales con sus Cavaliers y sumado otro anillo. “Gracias al noroeste de Ohio por estas cuatro increíbles temporadas. Siempre será mi casa”, tuiteó tras anunciarse su marcha a California. Si en el 2010 Dan Gilbert, dueño de la escuadra de Cleveland, le acusó de ser un “cobarde traidor”, esta vez le mostró “la máxima gratitud”.
La liga del oeste echará fuego. Ahí están los campeones, los Warriors de la bahía de San Francisco, y sus principales retadores, los Rockets de Houston. Ahora llega el rey James. Si gana, será el único que habrá hecho campeonas a tres ciudades.