Morenés como ejemplo
Josep Borrell ha ordenado a los embajadores defenderse de las críticas contra España de los independentistas.
“No soy el ministro para asuntos catalanes, aunque algunos se empeñen”, afirmó ayer Josep Borrell, pero su primera comparecencia en la comisión de Exteriores del Congreso se resumió en la instrucción que ha dado a los embajadores de España, a los que envió las palabras de Pedro Morenés, representante en Washington, con las que plantó cara al presidente de la Generalitat, Quim Torra, por decir “lindezas” de España.
El motivo de la comparecencia era explicar las prioridades de su departamento, y Borrell intentó huir de su vinculación catalana, y lo hizo. Por eso terminó su intervención con unas palabras que compendian la reunión: “Se habrán dado cuenta de la contención que he tenido para no caer en las provocaciones. De la contención de la que he hecho gala para no entrar a los trapos, que unos cuantos me han puesto, pero que he preferido obviar”.
Como era competencia de su departamento, Borrell sí respondió a los que preguntaron por la actuación de Morenés, para pedir su dimisión, como los independentistas catalanes, o para alabarle, como PP y Cs. La intervención del embajador nofue idea suya. Morenés y Borrell habían hablado, porque el embajador consideró necesario comunicar al titular de Exteriores las cosas que decía Torra desde que había llegado a Estados Unidos. Y se acordó que se le contestara, con respeto y sin emplear palabras descalificatorias, sin o con datos oficiales, de organismos internacionales, sobre la calidad democrática de las instituciones españolas.
“Hizo lo que tenía que hacer y dijo lo que tenía que decir”, concluyó Borrell. Después, algunos embajadores en otros países solicitaron al ministerio el discurso de Morenés, una vez que supieron del aval que tenía del Gobierno, y Borrell decidió enviárselo a todos, para que reaccionen de la misma manera ante una situación similar.
Ayer, el ministro había evitado centrar su intervención en Catalunya. Anunció, eso sí, su intención de “proyectar las lenguas de España” y de relanzar la Unión por el Mediterráneo, con una reunión el 8 de octubre, en Barcelona, de los ministros de Exteriores de 43 países.
Pero la mayoría de los partidos fueron por otros derrote- ros, desde los que alabaron el papel de Borrell en contra del procés (PP, Cs y UPN) hasta los que le criticaron (los partidos independentistas). Así, Jordi Xuclà (PDECat) le pidió “que deje de ser activista de Sociedad Civil Catalana” y sea ministro de Exteriores “reconociendo y respetando al otro”. Jordi Tardà (ERC) fue mas allá y comenzó su discurso preguntándole: “¿Cómo van las tareas de desinfección de Catalunya?”
Barcelona a cogerá el 8 de octubre una reunión ministerial para relanzar la Unión por el Mediterráneo