La biblioteca de Borges, página a página
Una de las mesas redondas de hoy en el Foro Edita (18.15 horas) se dedicará a las bibliotecas de instituciones públicas. Otro tipo de bibliotecas, las privadas, que luego –con suerte– acaban formando parte de esos fondos accesibles a todos, cuenta, desde ahora, con un bello testimonio, La biblioteca
privada de Borges, volumen editado por la Fundación Borges y Paripé Books, a cargo de Fernando Flores Maio, que otorga al lector la sensación de espiar en las estanterías de la mismísima casa de Borges, gracias a los textos y a las fotografías de Javier Agustín Rojas de algunos de los ejemplares que conserva la fundación en su sede de Buenos Aires.
La mayoría de los autores son anglófonos (Shakespeare, Kipling, Donne, Blake, Shaw, Elliot, Wilde...) y provienen de su abuela inglesa, pero también aparecen Dante, Kafka, Homero, Virgilio... y muchos libros de filosofía y religiones orientales.
Son interesantes sus anotaciones, que pueden verse manuscritas en las fotos y algunas de las cuales acabaron tomando forma de prólogos. Sobre Thomas de Quincey dice: “A nadie debo tantas horas de satisfacción personal”. A cuento de La Eneida, escribió: “Virgilio es nuestro amigo”.
Flores Maio comenta la importancia de algunos temas, como la magia: “Aunque él era agnóstico, señaló que los mejores cuentos sobrenaturales –obra de Henry James, May Sinclair, Kipling o Poe– fueron obra de escritores que negaban lo sobrenatural porque, decía, ‘el escritor escéptico es aquel que organiza mejor los efectos mágicos’”.
Uno de los objetivos de los editores del volumen es estimular la curiosidad hacia aquellos títulos que fueron leídos por Borges. “Una noche –recuerda Flores Maio–, lo detuvo un desconocido en la calle Maipú y le agradeció haberle hecho conocer a Stevenson. ‘ Me sentí justificado y feliz’, reveló él”.
El editor Markus Dohle, fotografiado ayer, en el Ayuntamiento de Barcelona
Borges nutrió su biblioteca a partir de los volúmenes que le legó su abuela inglesa