Hacienda anuncia que subirá el impuesto de sociedades y creará uno para la banca
Montero descarta elevar los tipos del impuesto sobre la renta y adelanta que premiará fiscalmente la igualdad de género en las empresas
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, adelantó ayer en una entrevista que su departamento prepara un cambio normativo para asegurar que las empresas paguen un mínimo del 15% por el impuesto de sociedades. También afirmó que la banca deberá asumir una tasa finalista para paliar parte del déficit de las pensiones. Completó las novedades detallando que la igualdad de género en las empresas contará con beneficios fiscales.
El impuesto de sociedades vuelve a estar en el punto de mira. Ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, avanzó que entre los cambios en el marco tributario que prepara su nuevo equipo se encuentra el establecimiento de un tipo mínimo en el impuesto de sociedades para las grandes empresas, que podría situarse en el entorno del 15% del resultado contable. De esta forma, los grupos empresariales no podrán aplicarse deducciones adicionales para rebajar este gravamen. En línea con las medidas lanzadas por el PSOE el pasado abril, Montero explicó que siguen adelante con la aplicación de un impuesto finalista a la banca para financiar las pensiones y de impuestos medioambientales, además de sacar adelante la tasa a las tecnológicas –la denominada tasa Google, promovida
IGUALDAD “EFECTIVA” Habrá deducciones a las empresas que sitúen a mujeres en puestos de responsabilidad
CALENDARIO
El ministerio quiere aplicar los cambios sobre impuestos a principios del 2019
por el anterior ministro, Cristóbal Montoro– e implantar deducciones fiscales para “empresas con políticas de igualdad efectiva”. La responsable de Hacienda apuntó que trabajan con el objetivo de aplicarlos “a principios del año que viene”.
Montero explicó, en una entrevista en la cadena Ser, que los impuestos de nuevo cuño han de comenzar a tramitarse en el Congreso en breve, porque no pueden aparecer reflejados directamente en los presupuestos generales del Estado del 2019. Fuentes de Hacienda explican que aún no han decidido si esta tramitación parlamentaria se irá realizando de forma individual o mediante un paquete con todos los cambios tributarios. El objetivo, recalcó la ministra, es poder llevar a cabo una subida de los ingresos, con el que hacer posible cerrar un techo de gasto más elevado. “El techo de gasto se incrementa”, insistió. Se trata del paso previo en la elaboración de los nuevos presupuestos del Estado, que en principio debe fijarse antes del 1 de agosto.
A pesar de su defensa de la necesidad de aumentar los ingresos para “recuperar parte del gasto social”, Montero precisó que el esfuerzo fiscal no iba a recaer en los ciudadanos, por lo que rechazó el planteamiento de subir el IRPF. Hasta hace poco, los socialistas han apostado por incrementar la presión fiscal también en el impuesto de la renta a los contribuyentes con ingresos más altos. En concreto, en los presupuestos alternativos del PSOE para este año recogían introducir un nuevo tipo para aquellos que tienen ingresos superiores a los 150.000 euros y equiparar la tributación de las rentas del capital a las del trabajo. Con ambas medidas, preveían recaudar hasta 1.500 millones más en un año.
En la misma línea, las estimaciones del PSOE para los cambios sobre el impuesto de sociedades implicaban 4.000 millones más para las arcas de la Agencia Tributaria. Con el inicio de la crisis económica la recaudación de sociedades cayó con fuerza y se ha ido recuperando muy lentamente (ver gráfico). Hasta el punto que Montoro introdujo a mediados del 2016 modificaciones en el pago fraccionado de este impuesto para poner coto al hundimiento de la recaudación en dicho ejercicio. El anterior ministro de Hacienda mantuvo una agria polémica con los empresarios cuando aseguró que el tipo efectivo de sociedades para las compañías de gran tamaño apenas llegaba al 7%, cuando el tipo general establecido es del 25%. Ayer la ministra Montero situó el gravamen real que tributan las grandes compañías en un 12%, gracias a lo que definió como una “arquitectura de deducciones”.