Derrotas que llevan a la victoria
No te preocupes, no llegará lejos a pie
Dirección: Gus Van Sant
Intérpretes: Joaquin Phoenix, Jonah Hill, Rooney Mara, Jack Black
Producción: EE.UU., 2018. 114 m. Don’t Worry, He Won Get Far on Foot. Biopic, comedia y drama
Gus Van Sant (1952) es un director con varios rostros. El de aguerrido cineasta independiente capaz de cometer las mayores osadías creativas y el de realizador moderadamente domesticado que busca su lugar en la industria de Hollywood. En este segundo apartado cabe incluir el biopic Mi nombre es Harvey Milk, sobre el primer político norteamericano que reconoció su condición homosexual y terminó siendo asesinado en 1978. La recreación de este personaje reportó a Sean Penn un segundo Oscar como mejor actor, cinco años después del obtenido por su trabajo en Mystic River.
El largo título No te preocupes, no llegará lejos a pie corresponde al del libro publicado en su día por el dibujante y caricaturista John Callahan (1951-2010), al que un accidente automovilístico varió por completo su vida. A los 26 años se vio confinado en una silla de ruedas y su percepción del mundo cambió del todo. Porque fue entonces cuando aquel joven tan asiduo a fiestas salvajes repletas de sexo y alcohol decidió crearse otra personalidad. La de artista creativo como dibujante y caricaturista, así como muy temido por su incisiva ironía e ilimitada capacidad crítica. Filmar esta película era un proyecto que el autor de Elephant acariciaba desde hacía 20 años, cuando el actor Robin Williams, al que había dirigido en la exitosa El indomable Hill Hunting, adquirió los derechos del libro de Callahan y le propuso llevarlo al cine con él de protagonista. Pero la industria de Hollywood se mostró tremendamente reacia al proyecto y fue imposible encontrar financiación. Al fallecer Robin Williams en el 2014, Gus Van Sant tomó la determinación de rodar aquel biopic, superando todos los obstáculos.
El siguiente paso del cineasta fue encontrar al intérprete que consideraba más adecuado. No era otro que Joaquin Phoenix, al que en 1992 ya había dirigido en Todo por su sueño. Tres veces candidato al Oscar por The Master, En la cuerda floja y Gladiador, la estatuilla podría estar finalmente en sus manos. Porque cabe reconocer que su composición de la problemática figura de Callahan es extraordinaria.