HORAS DECISIVAS PARA EL RESCATE
Las autoridades tailandesas quieren aprovechar las condiciones favorables actuales
LOS RESPONSABLES CREEN QUE QUEDAN APENAS CUATRO DÍAS PARA EVACUAR A LOS NIÑOS ANTES DE LAS LLUVIAS EN TAILANDIA
Las próximas horas se adivinan decisivas para la suerte de los doce menores y su entrenador que permanecen atrapados en la cueva inundada de Tham Luang, en el norte de Tailandia. Los responsables de la operación de rescate consideran que se les abre una oportunidad única para evacuarlos en los próximos tres o cuatro días que no pueden desaprovechar. La llegada de las torrenciales lluvias monzónicas es inminente y con ellas, la total inundación de la gruta y la imposibilidad de sacar a los chavales, que ayer hicieron llegar sus primeras notas escritas a sus padres.
Narongsak Ossottanakorn, coordinador de la operación de rescate y gobernador de la norteña provincia de Chiang Rai, donde se encuentra la cueva, declaró ayer que los responsables de las tareas de evacuación consideran que ahora se dan las “condiciones favorables” para sacar a los niños y a su entrenador de la cueva. Indicó que el nivel del agua que inunda la gruta, el estado de salud del grupo y el clima son “los más propicios” para llevar a cabo la evacuación.
“Los próximos tres o cuatro días serán los más favorables para la operación“, afirmó Narongsak, quien subrayó que “si esperamos demasiado, no sabemos la cantidad de agua que vendrá”. Y es que la inminente llegada de las lluvias torrenciales del monzón está presionando
Las lluvias del monzón amenazan con inundar totalmente la cueva y acabar con la esperanza del rescate
a los responsables de la operación de salvamento para que decidan cómo y cuándo sacar al equipo de fútbol de Los Jabalíes y a su entrenador.
“Estamos librando una guerra contra el tiempo y contra el agua”, reconoció Narongsak, quien dio a entender que se les acaba el tiempo y que, o aprovechan la oportunidad que les ofrece ahora el clima, o pierden la guerra. Un desenlace que se convertiría en una de las peores tragedias para Tailandia.
El gobernador de Chiang Rai admitió ayer que la situación se encamina hacia unas circunstancias insostenibles. Descartó la opción de esperar a que el agua retroceda lo suficiente para que el grupo salga a pie, porque la temporada de lluvias acaba de empezar y eso supone que “el espacio donde se refugian ahora los niños se reducirá a no más de 10 metros cuadrados”. Un comentario que sugiere que finalmente se optará por evacuarlos, aunque su seguridad no esté garantizada.
Esta iniciativa, sin embargo, genera numerosas dudas entre los responsables del rescate. Unos reparos que aumentaron con la muerte de un exmiembro de los comandos de élite de la Marina tailandesa por falta de oxígeno el pasado jueves. Un accidente que da argumentos a los expertos que rechazan la opción de sacar a los chicos, algunos de los cuales ni siquiera saben nadar, buceando a través de unas aguas turbias y fangosas. No obstante, a tenor de los comentarios de Narongsak, parece que los equipos de rescate tailandeses se están quedando sin opciones.
Y es que el agua no es el único elemento contra el que luchan los equipos de salvamento. También han iniciado una batalla en las últimas horas contra la reducción del nivel de oxígeno en la cueva. “No es sólo el nivel decreciente de oxígeno, sino también el aumento de dióxido de carbono lo que nos preocupa”, indicó Narongsak.
Para paliar este nuevo contratiempo, los equipos de salvamento han insertado una tubería que proporciona más aire a la cueva, al tiempo que han introducido más tanques de oxígeno para garantizar un nivel de aire sostenible para el grupo de niños y para los comandos que les acompañan. “La tarea ahora es mantener bajo control el equilibrio adecuado”. Para ello, las autoridades han optado por retirar a algunos miembros del equipo de rescate y dejar sólo a los imprescindibles, con el fin de ahorrar oxígeno.
En paralelo a los trabajos en la
Los equipos de rescate han sondeado más de 100 pozos en busca de una entrada alternativa a la cueva
cueva, varios equipos de rescate y de voluntarios prosiguen la búsqueda de entradas alternativas a la gruta como segunda opción para sacar a los niños. “Hemos sondeado más de 100 pozos y en algunos hemos perforado hasta más de 400 metros de profundidad, pero no estamos convencidos de que conduzcan a la cavidad donde están los niños”, dijo Narongsak, quien dio a entender que se trata de una opción poco factible porque las excavaciones llevarían mucho tiempo. Y tiempo es, precisamente, lo que falta a los equipos de rescate para evacuar a los niños y a su monitor.