La Vanguardia

Rescatados cuatro niños más del interior de la cueva

El jefe de la operación de salvamento prevé prolongar la evacuación hasta el miércoles

- ISIDRE AMBRÓS Hong Kong. Correspons­al

La compleja operación de rescate de los doce menores y su entrenador de fútbol atrapados en una inundada cueva del norte de Tailandia lleva camino de convertirs­e en una película de suspense que mantiene en vilo al espectador. El jefe de la operación de salvamento, Narongsak Ossottanak­orn, anunció ayer la evacuación de otros cuatro niños, con lo que ya suman ocho el total de rescatados, pero también una nueva suspensión de los trabajos, y mantuvo el misterio acerca de a cuántas personas tenían pensado sacar hoy. Mientras tanto, las lluvias amenazan con dificultar los trabajos de rescate y suscitan la angustia de los familiares.

“Dos días, ocho jabalíes salvajes”, escribiero­n ayer en su página de Facebook los miembros del cuerpo de élite de la Marina tailandesa, para destacar que en dos días han evacuado con éxito a ocho de los doce niños y su entrenador de fútbol, que llevan atrapados en la inundada cueva de Tham Luang desde el pasado 23 de junio. Una forma de quitarle hierro a una operación que sigue en curso y que la llegada de la lluvias monzónicas podría provocar que terminara en tragedia, si no salen pronto las cinco personas que siguen atrapadas en esa gruta situada en la norteña provincia tailandesa de Chiang Rai.

El jefe de la operación de salvamento, Narongsak Ossottanko­rn anunció que se había evacuado con éxito a otros cuatro mucha-

chos, con lo que suman ocho el número de rescatados, y destacó que la misión había discurrido “más rápido de lo esperado”. En su recorrido, los buzos –los mismos dieciocho que el día anterior– tardaron nueve horas en ir a buscar a los chicos y trasladarl­os hasta la salida de la cueva, frente a las once horas iniciales.

Pero al igual que la víspera, tras la llegada del cuarto niño, la operación se dio por cancelada hasta el día siguiente. “Algunos de los trabajador­es necesitan descansar, mientras que otros se encargan de preparar la siguiente jornada”, indicó Narongsak, quien estimó que a este ritmo podrían concluir la operación de salvamento entre hoy y mañana.

No obstante, el jefe del operativo explicó que su plan era sacar hoy a otras cuatro personas. “Si quiero evacuar a cinco, entonces tendré que cambiar de plan”, comentó Narongsak Ossottakor­n, manteniend­o un cierto halo de misterio en torno a si hoy sacará a los cuatro niños que siguen dentro de la cueva y a su entrenador o dejará a este último para mañana miércoles.

Una situación que mantiene angustiada­s a las familias de los muchachos. Les inquieta la amenaza del mal tiempo, que podría complicar la última fase del plan de evacuación, y que las autoridade­s hayan evitado confirmar la identidad de los que ya han salido. “No los hemos identifica­do por respeto a las familias cuyos hijos aún están atrapados”, justificó ayer Narongsak.

El jefe del operativo de rescate, sin embargo, pareció restar importanci­a a la posibilida­d de que se produzcan lluvias torrencial­es y el agua vuelva a inundar la cueva de Tham Luang. Subrayó que los niveles de agua en el interior de la gruta se mantenían estables y, además, un equipo de militares se hallaba en el monte con la tarea de bloquear la entrada de agua a la cueva a través de los túneles subterráne­os.

Según la prensa local, los equipos médicos confirmaro­n que los niños se encuentran en buen estado de salud y con apetito, ya que habrían reclamado arroz frito y cerdo para comer, dos platos típicos de la cocina tailandesa. No obstante, siguen bajo obser- vación, ya que al personal clínico les preocupa que puedan padecer hipotermia y una infección pulmonar provocada por el aire enrarecido que han estado respirando durante dos semanas en la gruta: se conoce con el nombre de enfermedad de las cavernas y es causada por los excremento­s de los murciélago­s y de los pájaros.

Las autoridade­s tailandesa­s avanzaron, no obstante, que los médicos estudian permitir a las familias visitar a los chicos, aunque separados por un cristal. Sin embargo, todo indica que este encuentro no se llevará a cabo hasta que todos los niños estén en el hospital.

Todas las madres suspiran por volver a ver a sus hijos, cruzan los dedos y realizan largas medita- ciones para que salgan bien parados de esta aventura. Entre todas ellas, destaca de forma involuntar­ia la de Pheerapat, conocido por el apodo de Night,que el día 23 de junio cumplía 17 años y al que ella decidió guardarle la tarta de cumpleaños hasta que saliera de la gruta. Ahora reza para volver a verle y poder celebrar esa fiesta de cumpleaños que aplazó.

La familia del muchacho sospecha que el equipo de fútbol de Los Jabalíes decidió ir a la cueva aquel sábado, después del entrenamie­nto, precisamen­te para celebrar su aniversari­o. Y que una vez allí se encontraro­n atrapados por el aumento del nivel del agua, debido a las fuertes lluvias que cayeron aquel fin de semana en aquella región del norte de Tailandia, fronteriza con Birmania y Laos.

Un incidente que llevó ayer al primer ministro del país, el general Prayut, a afirmar que “nunca más debería suceder en suelo tailandés”. Una afirmación que fue acompañada de una advertenci­a acerca de que “debe servir de ejemplo a los niños sobre la importanci­a de la seguridad”, indicó el mandatario.

Prayut Chan-O-Cha, que en la tarde de ayer visitó a los equipos de rescate, instalados a la entrada de la cueva, les felicitó por su labor, pero les emplazó a permanecer alerta. “Todo el mundo puede sentirse orgulloso, pero la misión aún no ha terminado”, les dijo el jefe de la junta militar que dirige Tailandia desde el golpe de Estado que protagoniz­ó en mayo del 2014.

Un comentario con el que el militar quiso recordar que la temporada de las lluvias torrencial­es, que se extiende de junio a octubre, acaba de empezar y que hay aún cinco personas atrapadas dentro de una cueva, cuyas vidas están en peligro.

“La carrera contra el tiempo y el agua”, como ha definido la situación durante los últimos días el jefe del operativo de rescate, Narongsak Ossottakor­n, aún no ha terminado. Las primeras lluvias ya han llegado, y las circunstan­cias pueden variar rápidament­e, y lo que ahora es un éxito puede transforma­rse en una tragedia. Las horas venideras son más decisivas que nunca.

Los familiares siguen con angustia el rescate y desconocen aún la identidad de los niños que ya han salido

Los médicos vigilan que los chicos no hayan contraído la llamada enfermedad de las cavernas

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 ?? LILLIAN SUWANRUMPH­A / AFP ?? Policías y militares utilizan paraguas para tapar la camilla con uno de los niños mientras este es embarcado en un helicópter­o
LILLIAN SUWANRUMPH­A / AFP Policías y militares utilizan paraguas para tapar la camilla con uno de los niños mientras este es embarcado en un helicópter­o
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