Pablo Jiménez Burillo
La fundación, que este otoño enfrentará por primera vez a Picasso y Picabia, tendrá mayor presencia en la ciudad
DIR. CULTURA FUNDACIÓN MAPFRE
La Fundación Mapfre, que presentará en otoño una gran muestra que por primera vez enfrenta a Picasso y Picabia, ha anunciado su intención de ampliar su presencia en Barcelona de cara a la próxima temporada.
La Fundación Mapfre, que en apenas tres años se ha convertido en un puntal de la oferta expositiva de Barcelona con muestras de primer nivel internacional, tiene previsto ampliar su presencia en la ciudad, a partir de la próxima temporada, según avanzó ayer Pablo Jiménez Burillo, director del área de cultura. Jiménez Burillo no quiso precisar si esta mayor presencia se concretará en la apertura de un segundo centro (en Madrid reparte su programa entre la sala Recoletos, dedicada a la modernidad artística, y la Bárbara de Braganza, que acoge los grandes maestros de la fotografía), pero en todo caso aseguró que su intención es no dejar la sede actual de la Casa Garriga Nogués.
“Estamos en ello”, señaló Jiménez Burillo durante la presentación de la exposición del otoño, Picasso-Picabia, muestra que por primera vez sitúa frente a frente a dos artistas que pese a sus diferencias formales son menos antagonistas de lo que puede parecer a primera vista. “Hasta ahora únicamente se han podido ver juntos en la película Esencia de verbena, de Ernesto Giménez Caballero, un filme de 1930 en el que aparecen cuadros de ambos. Pero no hay ningún otro antecedente”, apunta Jiménez Burillo. La muestra, que permanecerá abierta desde el próximo 11 de octubre al 13 de enero de 2019, es una coproducción con el Musée Granet de Aix-en-Provence, donde actualmente se exhiben las más de 150 piezas (pinturas, dibujos, revistas, cartas, fotografías) que luego viajarán a Barcelona.
Picasso-Picabia analiza los vínculos en común, desde sus orígenes (Picabia, francés, tiene raíces hispanocubanas) o su relación con Barcelona, a su amor por la libertad y su aversión a quedar adscritos a un solo ismo. “El estilo es el peor enemigo del pintor”, consideraba Picasso. También Picabia renunció a una marca propia y transitó por diversos estilos: el cubismo, el impresionismo, el dadaísmo, el surrealismo o el collage. “Nuestras cabezas son curvas para permitir al pensamiento cambiar de dirección”, decía.
En paralelo a esta exposición, la Fundación Mapfre presentará en Madrid Resdescubriendo el Mediterráneo, que propone una nueva mirada sobre la historia del arte moderno a través de artistas tan diversos como Sorolla, Mir, Monet, Signac, Van Gogh, Renoir, Matisse, Picasso o De Chirico, que encontraron en el Mediterráneo un lugar de reconciliación con el pasado, en algunos casos, pero sobre todo un espacio de libertad artística y de celebración de la vida. La programación de otoño en Madrid se completará con una exposición dedicada al fotógrafo Humberto Rivas.
Ya de cara al próximo año la Fundación Mapfre prepara para su sede barcelonesa sendas retrospectivas de la fotógrafa estadounidense Berenice Abbott (febrero) y el británico Richard Learoyd (junio), además de una gran muestra de pintura al pastel, cuya realización está aún en el aire debido a la reticencia de los museos a prestar unas obras que requieren unas condiciones especiales de transporte y exhibición –“los pasteles no suelen viajar, son los grandes enfermos del arte”, bromea Jiménez Burillo– que hoy ya no son insalvables gracias a las nuevas técnicas.
Berenice Abbott, Richard Learoyd y la pintura al pastel protagonizarán el 2019