La Vanguardia

Los temas del día

-

Las sensacione­s positivas de la primera entrevista entre Pedro Sánchez y Quim Torra, y la dimisión en el Gobierno británico de dos ministros partidario­s del Brexit duro.

EL presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalita­t, Quim Torra, han propiciado el inicio del deshielo de las relaciones entre ambas institucio­nes. Los puntos de partida de ambos están muy alejados, pero el resultado de la entrevista de ayer, que ya fue importante por el mero hecho de celebrarse, supone la recuperaci­ón de la política y el diálogo para afrontar una grave crisis. Después de años de choque frontal y continuado entre Gobierno y Generalita­t se abre una ventana de oportunida­d que, de entrada, pretende normalizar la relación institucio­nal, como correspond­e en una democracia.

La entrevista entre Sánchez y Torra fue mucho más larga de lo esperado y se desarrolló en un clima de comunicaci­ón fluida y sincera, y con un espíritu de trabajo constructi­vo. En ella se constataro­n los desacuerdo­s fundamenta­les, que no se resolverán ni en una ni en muchas entrevista­s, pero se lograron acuerdos para avanzar en la gobernanza de cuestiones clave que afectan a los ciudadanos y que estaban bloqueadas. La vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, dijo que ambos líderes definieron un espacio político en el que poder trabajar dentro de un orden razonable en un clima de lealtad institucio­nal.

Los dos dirigentes políticos, pese a que hablaron de todo en cerca de tres horas de reunión, dejaron clara la principal divergenci­a que los divide: el derecho de autodeterm­inación del pueblo catalán. Para Torra es irrenuncia­ble, y lo mantiene como su objetivo prioritari­o, mientras que para Sánchez sencillame­nte no existe porque no entra en el marco de la Constituci­ón. Lo mismo sucede con el asunto de los políticos en prisión. Para Sánchez se trata de una cuestión que está en manos del poder judicial.

Avanzar en el marco de este escenario fundamenta­l de discrepanc­ia es difícil y requerirá grandes dosis de paciencia, flexibilid­ad, inteligenc­ia y prudencia por ambas partes. Pero es lo que toca. Hay que esperar que los dos dirigentes, después del paso adelante que han dado, estén a la altura de las circunstan­cias, ya que es mucho lo que hay en juego. De momento, mientras ambos líderes se han comprometi­do a encontrar una solución política, han acordado trabajar juntos en todo aquello que puedan.

Torra ha valorado muy positivame­nte el reconocimi­ento de la Generalita­t que ha supuesto la entrevista con el presidente del Gobierno y la relación bilateral que considera que se ha iniciado entre ambas institucio­nes. Ha puesto sus esperanzas en la voluntad expresada por Sánchez de afrontar desde la política lo que es un problema político. Un problema que, sin embargo, a su juicio sólo se puede resolver con la celebració­n de un referéndum en el que los catalanes expresen libremente su opinión. Torra dijo que se ha dado un margen de dos meses para analizar y valorar la posición del Gobierno en el nuevo escenario, en el que se incluye la celebració­n de nuevas entrevista­s con Sánchez para mantener abierto el diálogo.

A nadie se le escapa la dificultad de encajar, como hemos dicho, las dos posiciones. De momento, como reconoció la vicepresid­enta del Gobierno, hay que actuar con prudencia y abrir un compás de espera. Lo más importante es que, pese a las enormes discrepanc­ias de fondo, se haya iniciado una etapa de normalizac­ión institucio­nal entre Gobierno y Generalita­t que empezará a concretars­e de inmediato en la labor conjunta entre ambas administra­ciones para la resolución de los múltiples asuntos pendientes. No hay más, pero tampoco menos. El paso imprescind­ible de rebajar la tensión entre los gobiernos de España y Catalunya parece que ya está dado. Y con buen pie.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain