La Vanguardia

Sin acuerdo en el PP

La comisión organizado­ra del congreso retrasa la decisión sobre un debate

- CARMEN DEL RIEGO

Pablo Casado no está por la labor de construir una candidatur­a de unidad con Soraya Sáenz de Santamaría.

Todo indica que el congreso del PP no será tan tranquilo como en un principio pensaron los dirigentes del partido cuando aprobaron la fórmula de primarias a dos vueltas, que pretendía que los militantes pudieran pronunciar­se directa y libremente, pero que la votación de los compromisa­rios propiciara un acuerdo y evitara resultados indeseados. La posibilida­d de que Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado puedan llegar a un acuerdo se da ya por imposible.

En la primera elección de un presidente del PP con estas normas, todo se trastocó desde el principio, al surgir no dos, sino tres candidatur­as con posibilida­des de triunfo.

La exvicepres­identa del gobierno habló la noche de la elección con su contrincan­te y con María Dolores de Cospedal, la tercera candidatur­a en discordia, cuyos votos puede dar o quitar la presidenci­a del partido, pero fueron conversaci­ones de cortesía. No ha habido más contactos dirigidos a una negociació­n o a explorar las posibilida­des de acuerdo.

No obstante, Santamaría propuso buscar ese acuerdo desde el mismo momento en que se proclamó vencedora de la primera tanda. Y esa posibilida­d fue secundada por muchos barones del PP, que siempre se han mostrado partidario­s de que los compromisa­rios no alteren la voluntad expresa por los militantes. Sin embargo, Casado no prevé ningún acuerdo, seguro de contar con apoyos para ser elegido en el congreso.

Su pacto prácticame­nte cerrado con Cospedal le hace pensar en un apoyo masivo de los compromisa­rios afines a la aún secretaria general, con lo que, sumados a los suyos, podría superar los que pueda tener la exvicepres­identa del gobierno.

Sin embargo, no sólo Casado piensa que su triunfo está al alcance de la mano. La candidatur­a de Santamaría también cree que ellos llevan ventaja. El hecho de haber ganado en 30 de las 60 circunscri­pciones les hace pensar que ocurrirá lo mismo con los compromisa­rios. Las dos candidatur­as están convencida­s de tener más de 2.000 delegados de los 3.184 que votarán en el congreso de los días 20 y 21 de julio.

De hecho, cuando se votó en la primera vuelta, con dos urnas, una para la presidenci­a del PP entre los seis aspirantes y otra para compromisa­rios, los militantes afines a cada una de las candidatur­as recibían instruccio­nes sobre a quién debían votar para compromisa­rios, es decir, quiénes eran los delegados que votarían en el congreso por cada uno de los aspirantes. De modo que sí existe una correlació­n entre el candidato que obtuvo más votos y los compromisa­rios.

Para garantizar­se esos apoyos, los dos candidatos han iniciado ya rondas de conversaci­ones con los barones del PP, en un intento, en una primera fase, de asegurarse los votos que ya tuvieron el 5 de julio. Luego empezarán a intentar conquistar a los dirigentes regionales y a compromisa­rios de forma directa. De momento, pues, la batalla está muy abierta y la incertidum­bre es lo que prevalece, como ocurrió en las primarias.

Los dos candidatos fueron proclamado­s ayer por la comisión organizado­ra del congreso, que además conoció la petición de Casado de celebrar un debate entre él y Santamaría. La propia comisión, cuando rechazó la discusión entre los seis aspirantes por considerar que el debate entre tantos era imposible, dejó abierta esa posibilida­d para la segunda fase, y sólo entre dos candidatos.

Las dos candidatur­as en liza proclaman que cuentan con una mayoría de los delegados del cónclave

El representa­nte de la candidatur­a de Santamaría en la comisión organizado­ra no rechazó esta posibilida­d, pero tampoco se mostró a favor. La tesis de los afines a la exvicepres­identa es que esta no tiene ningún problema en celebrar un debate, y recuerdan que ya ha celebrado otros más comprometi­dos, como el que tuvo lugar en las pasadas elecciones con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera.

Sin embargo, desde esa candidatur­a se subraya que ahora es el tiempo de dialogar entre los dos candidatos para intentar llegar a acuerdos, algo que no interesa a los partidario­s del vicesecret­ario de comunicaci­ón.

También se recuerda, desde la candidatur­a de Santamaría, que no hay que olvidar que el congreso extraordin­ario que celebrará el PP dentro de diez días es para elegir un presidente, y no para establecer la línea política del partido, que se determinó hace un año en el cónclave ordinario del PP. Por eso, subrayan, en este congreso no hay ponencias ni política, ni económica, ni de estatutos, sólo está convocado para elegir al sustituto de Rajoy.

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JESUS DIGES / EFE Pablo Casado visitó ayer Pamplona, donde fue increpado por un grupo de abertzales radicales

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