Sólo el sí vale
La ministra de Igualdad, Carmen Calvo, anunció ayer en el Congreso que reformará el Código Penal para que quede claro que, si no hay un sí expreso por parte de una víctima sexual, el delito será considerado como una agresión (violación) y no un abuso (penas más bajas). España se suma así a la corriente iniciada por Suecia y en la que ya trabaja Alemania para luchar contra las violaciones (una cada ocho horas en España) y, en caso de comisión, que resulte gravoso para el agresor. Y es que, a día de hoy, las leyes obligan a la víctima a demostrar que se ha opuesto a mantener la relación sexual bien de manera verbal o física. Algo que en muchas ocasiones queda a merced de la interpretación del juez de turno, como ha quedado demostrado en el caso de La Manada, en el que los agresores han sido condenados por abusos al considerar el tribunal que no podía asegurar de manera tajante la oposición de la joven, o el de unos jueces de Cantabria que consideraron que no había quedado probada la oposición de una niña de 5 años a los abusos de su vecino.