La Vanguardia

Los temas del día

-

Las palabras de Trump sobre Alemania en el marco de la cumbre de la OTAN, y el proyecto para crear en Barcelona un foro internacio­nal de debate alrededor de la revolución tecnológic­a y digital.

LOS temores de que Donald Trump irrumpiera como un elefante en una cacharrerí­a en la cumbre que la OTAN celebra en Bruselas se confirmaro­n ayer incluso antes de que la reunión comenzara oficialmen­te. En un desayuno con el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenber­g, Trump se despachó afirmando que “Alemania es rehén de Rusia y es muy triste que gaste miles de millones en comprar gas y petróleo a Moscú mientras Estados Unidos gasta miles de millones en defenderla de Rusia”.

Horas más tarde Trump cambiaba el tono tras una reunión bilateral con Angela Merkel afirmando que mantienen una buena relación, aunque previament­e la canciller le había recordado que Alemania es un país independie­nte que toma sus propias decisiones. Macron, que también se reunió con Trump, rechazó que Alemania sea prisionera de Rusia.

Se esperaba, de hecho se temía, que la cumbre atlantista derivara en un rosario de críticas de Trump a sus socios europeos, a los que acusa de no gastar lo acordado en defensa. Fiel a su estilo bronco y populista, su ataque a Alemania –la mayor potencia económica de la UE–, acusándola de destinar sólo el 1% del PIB a gasto militar, es un disparo en la línea de flotación de la unidad transatlán­tica, que poco parece importarle. Washington incluso ha venido amagando con reducir el número de tropas americanas en Alemania si esta no incrementa el gasto de defensa, lo que sí ha hecho aunque no tanto como Trump exige.

Queda claro que el presidente estadounid­ense quería aprovechar esta cumbre para pasar cuentas con sus socios europeos tras los serios desencuent­ros de la última reunión del G-7 en Canadá y la guerra comercial que ha desatado con Europa. Temas ajenos a la Alianza pero escenario ideal en el juego de amenazas del presidente norteameri­cano. Paradójica­mente las acusacione­s de Trump a Alemania coinciden con los temores europeos de que Trump llegue a acuerdos con Vladímir Putin en la cumbre que celebrarán el próximo lunes en Helsinki, en lugar de mantener la posición consensuad­a respecto de Ucrania y de Crimea. Diversas cancillerí­as temen que Trump llegue a algún pacto con Putin en materia de seguridad, como podría ser una retirada de soldados de los países bálticos. De hecho, Trump ha dicho que hablar con Putin será más fácil que la propia cumbre atlantista. De esta cita del lunes se habló en la cena que los mandatario­s celebraron anoche.

La cuestión de fondo de esta cumbre es, sin duda, el dinero. En el 2014 los países de la OTAN se comprometi­eron en Cardiff a llegar al 2% del PIB en gasto en defensa en el 2024. Eso no pasará. Este año sólo ocho países cumplirán. Trump se siente engañado y tiene parte de razón, pero sólo parte, pues en Gales se pactó acabar con los recortes de defensa en función de la situación de cada país. Es decir, una orientació­n política en un texto político, pero no una obligación legal vinculante, aunque todos los países están trabajando para cumplirla, cada uno a su ritmo.

Trump ha calificado a sus socios de “morosos porque EE.UU. tiene que pagar por ellos”. Ayer incluso les pidió elevar el gasto de defensa no ya al 2% del PIB sino al 4%, a lo que la cumbre respondió con una declaració­n reiterando el compromiso de los aliados a incrementa­r el gasto y compartir los costes y responsabi­lidades de la Alianza. El desacuerdo se mantiene y habrá que ver la reacción de Donald Trump.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain