Las lluvias torrenciales se cobran la vida de 179 personas en Japón
Desde el pasado jueves, la mitad sur de Japón se enfrenta al peor temporal que jamás ha sufrido, superando ya las 117 víctimas que se cuantificaron en 1983. El torrencial de agua que está afectando con gravedad a las prefecturas de Fukuoka, Saga, Nagasaki, Hiroshima, Tottori y Okayama se ha cobrado hasta el momento la vida de 179 personas, mientras el número de desaparecidos oscila entre 39 y 67. El temporal ha provocado asimismo más de 7.200 refugiados.
Las precipitaciones han alcanzado, en algunos puntos de las zonas afectadas, los 1.600 milímetros por metro cuadrado y el agua acumulada alcanza los tres metros, lo que dificulta las labores de búsqueda y rescate por parte de miembros del Ejército, la policía y los bomberos que han desplegado helicópteros y embarcaciones para la tarea. Además, han ordenado el desalojo de medio centenar de viviendas por el posible desbordamiento de dos embalses situados en Hiroshima.
Al riesgo de inundación, se suman el desbordamiento de ríos y los cortes constantes de agua y electricidad en las viviendas, lo que ha obligado a adaptar colegios, templos y edificios públicos como centros de refugio. El mal estado de las infraestructuras y carreteras ha obstaculizado las vías de comunicación, lo que perjudica los desplazamientos de los civiles y de los equipos de evacuación.
La meteorología no ayuda, y los 30º de calor, junto a la escasez de agua potable en los grifos, ha añadido gravedad a la situación japonesa.
El primer ministro, Shinzo Abe, ha visitado las zonas afectadas y ha tenido que cancelar los viajes previstos para la próxima semana a Europa y Oriente Medio. Desde el Gobierno han prometido “todos los esfuerzos posibles” para reconstruir las viviendas devastadas. De momento, se han apartado 70.000 yenes (631 millones de dólares) destinados a reconstruir infraestructuras y 350.000 millones de yenes (3.150 millones de dólares) como reserva.
Las grandes empresas también se han visto perjudicadas por las inundaciones y desprendimientos de tierra, por lo que se han visto obligadas a cerrar sus sedes, parando la totalidad de la producción. Entre ellas se encuentran los fabricantes de vehículos Mitsubishi Motors y Mazda Motors y el conglomerado tecnológico Panasonic.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) ha retirado el nivel máximo de alerta aunque mantiene los avisos por inundaciones y corrimientos de tierra.