Sagan no perdona
Nueva victoria del eslovaco, imbatible en una llegada sin los velocistas puros
La etapa fue más dura de lo que se podría pensar al ver el grupo numeroso que se jugó la victoria. Los velocistas puros lanzaron la toalla pronto y llegaron descolgados, pero entre los aspirantes al Tour no hubo diferencias en el emocionante final de Quimper. El Sky, el Movistar, el BMC del líder Van Avermaet... todos se mantuvieron alerta y colocaron sus piezas más preciadas en buena disposición para no sufrir ninguna sorpresa, y lo consiguieron.
Pero mientras esta lucha de poder y nervios se llevaba a cabo, en la batalla por la victoria de etapa sólo quedaba un favorito absoluto: Peter Sagan. El favorito número uno en este final. Y de nuevo, como en la llegada a La Roche sur Yon, su rival más complicado fue el italiano Colbrelli. Y de nuevo Sagan se lo zampó. Décima victoria en el Tour para el campeón del mundo (3 en el 2012, 1 en el 2013, 3 en el 2016, 1 en el 2017 y 2 más este año), que defiende el maillot verde de la regularidad, un título que ya ha conseguido cinco veces (del 2012 al 2016), una distinción que pinta que volverá a ser suya y que el año pasado no pudo pelear al ser descalificado de la carrera.
Justamente el vencedor del 2017, el australiano Michael Matthews, ayer no tomó la salida. Enfermo, ha abandonado el Tour y ha abdicado de su triunfo por puntos.
Ayer Gaviria llegó en un grupo posterior, a 4m24s, Démare a casi 13 minutos, Greipel a más de 17 y Cavendish a casi 21, en un paquete de velocistas donde también iban Groenewegen y Kittel. Sagan no podía perdonar una ocasión como ésta.
En la lucha final apareció muy bien situado Valverde, pero el murciano del Movistar no se metió realmente en la pelea por la victoria. Con un ritmo alto remontó posiciones y acabó cuarto, tras los dos primeros y Philippe Gilbert. Fuera pues de las bonificaciones de la meta.
El líder del Tour sigue siendo el belga Greg van Avermaet, pero su posición de privilegio empieza a sufrir serias amenazas. Ahora, por el juego de las bonificaciones, tiene a Philippe Gilbert a sólo 3 segundos y a Julian Alaphilippe a 6. Dos adversarios muy peligrosos teniendo en cuenta el final de etapa de hoy. El resto de favoritos mantiene las distancias, aunque los cortes de ayer han permitido escalar posiciones a los más retrasados, como es el caso de Nairo Quintana, que ha pasado del 48.º lugar de la general al 33.º. Pero siempre a 1m 13s de Froome, esto no cambia.
“El objetivo de hoy era evitar una caída en la parte final”, explicó el colombiano del Movistar. “Era un final complicado y las órdenes que teníamos era situarnos bien [por si se rompía el grupo] y esquivar los accidentes”.
De cara al final de hoy, Quintana mantiene el mismo espíritu: sobre todo evitar las caídas. Todo parece pues enfocado a pasar este bloque de nueve etapas con los menores daños posibles, que en el caso de Quintana ya son lo bastante lamentables. La etapa del pavé del domingo da mucho miedo. “Es el día que más atención debemos tener, espero que lo superemos bien, sin contratiempos, con normalidad,” explicó. Pero él mismo reconoce que, al fin y al cabo, la clave será “tener suerte”.
Por su parte, Mikel Landa aprovechó para agradecer la actuación de los compañeros del Movistar que, dijo, “son los que tienen más mérito” en la actuación de los tres líderes del equipo. Landa, que ahora mismo ocupa el decimocuarto lugar de la general a 55 segundos del maillot amarillo, señaló que el final de ayer era bueno sobre todo para Valverde y que él, en cambio, prefiere las subidas más largas, no tan explosivas. Ante la eterna cuestión del liderato del equipo, Landa mantuvo intacto el discurso oficial: “todos corremos para el mismo equipo y eso no cambiará”. Mientras la carretera no mande otra cosa, claro.
SIN CAMBIOS
A pesar de la dureza de la etapa, los favoritos se marcaron estrechamente y no hubo nuevas diferencias
NAIRO QUINTANA
“El día del pavé es el que más atención hay que tener, espero que lo pasemos bien, pero será cosa de suerte”