Villarejo se desvincula de la filtración de las cintas de Corinna
La defensa del comisario jubilado José Manuel Villarejo –en prisión provisional desde noviembre pasado por su implicación en el caso Tándem– se ha desvinculado de la filtración de una conversación que el propio Villarejo mantuvo supuestamente con Corinna zu SaynWittgenstein, amiga del rey Juan Carlos, en el año 2015 y en la que la consultora habría afirmado que el rey emérito la utilizó como testaferro. El abogado del excomisario denuncia una “estrategia policial y mediática” en su contra, y en un escrito dirigido al magistrado de la Audiencia Nacional Diego de Egea, expone que Villarejo no tiene que ver con la difusión de esa grabación, que debería estar guardada en los discos duros remitidos a la Brigada de Investigación Tecnológica y a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía para su posterior análisis.
Asimismo, la defensa de Villarejo recuerda que no es la primera vez que denuncian ante el juzgado las “continuas filtraciones” de actuaciones que se encuentran secretas y tacha de “inaceptable” que la Fiscalía Anticorrupción diga que esa filtración “es un intento del excomisario para amenazar con más material para que sea puesto en libertad”.
Paralelamente, el despacho de abogados que dirige el exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y que defiende al comisario Enrique García Castaño, detenido junto a otro mando policial el miércoles, cree que esa detención fue“desproporcionada e innecesaria”, ya que el investigado “se presentó hace mes y medio ante el juez, que le dijo que no tenía nada contra él”. García Castaño está imputado por proporcionar datos secretos sobre las personas que estaban siendo investigadas por el ex comisario Villarejo. El juez ha citado también a la pareja y a la hija de García Castaño tras hallar en los domicilios de ambas dos BMW adquiridos por sociedades de Villarejo.
Por su parte, Corinna zu SaynWittgenstein ha denunciado “una campaña de descrédito con motivación política” contra ella basada en “un sinfín de información falsa”. Según esas informaciones, Sayn-Wittgenstein habría desvelado que Juan Carlos I tiene cuentas en Suiza y que “si tuviera que dar explicaciones a un tribunal sobre el Instituto Nóos y sobre quién hizo todas las llamadas para el dinero”, señalaría al rey emérito.