La Vanguardia

Descubiert­a una enigmática fuente de partículas de alta energía en el universo

Localizado el origen de un neutrino en un agujero negro de una galaxia lejana

- JOSEP CORBELLA

El pasado 22 de septiembre a las 22h54’30” (hora española) una partícula de origen desconocid­o fue capturada por el detector IceCube, un cubo de agua helada de un kilómetro de lado enterrado en la Antártida bajo 1.500 metros de hielo. No era una partícula cualquiera. Se trataba de un neutrino, un tipo de partícula que no interactúa con la luz y apenas lo hace con la materia, lo que la convierte en casi indetectab­le. De ahí que se la conozca como la partícula fantasma. Y llegó con una energía extraordin­aria, de 290 TeV, superior a la que tienen las partículas que vienen del sol o incluso de las supernovas. Por comparació­n, el acelerador de partículas más potente del mundo, el LHC del CERN donde se descubrió el bosón de Higgs, sólo acelera los protones a 6,5 TeV, unas 40 veces menos.

Cuarenta y tres segundos después, durante los que se calculó la dirección precisa de la que venía el neutrino, el detector IceCube emitió una alerta automática para que observator­ios de todo el mundo escrutaran esa región del cielo y rastrearan el origen de la partícula. Se unieron a la búsqueda cinco telescopio­s espaciales de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la italiana, así como quince observator­ios terrestres –entre ellos, tres de Canarias-. En el trabajo han participad­o más de mil científico­s de casi trescienta­s institucio­nes, incluidas varias españolas, lo que indica la importanci­a que tenía este neutrino para la comunidad astrofísic­a.

A partir de las observacio­nes de los telescopio­s, se ha conseguido situar el origen del neutrino en una galaxia lejana y exótica. Es un tipo de galaxia elíptica enorme llamada blázar. Tiene un agujero negro supermasiv­o rotando rápidament­e en su centro y emite dos haces de partículas de alta energía en direccione­s opuestas desde los polos del agujero negro.

Si el neutrino ha llegado al detector IceCube, es porque uno de los haces del blázar apunta directamen­te a la Tierra, mientras que otras galaxias similares emiten sus partículas en otras direccione­s. Según los resultados presentado­s en la revista Science, el blázar se encuentra a unos 4.000 millones de años luz de la Tierra en la constelaci­ón de Orión.

El resultado está pendiente de confirmaci­ón para cumplir con el criterio para anunciar un descubrimi­ento aceptado en física. Con los datos obtenidos hasta ahora hay una probabilid­ad entre 740 (o sigma 3, en términos estadístic­os) de que la relación entre el neutrino y el blázar sea una coincidenc­ia y no de causa-efecto. Para dar por bueno el descubrimi­ento, la probabilid­ad debe reducirse a una entre 3,5 millones (o sigma 5).

Si se confirma, identifica­ría por primera vez una fuente de neutrinos de alta energía, cuyo origen hasta ahora había sido un misterio. Además, ayudaría a resolver el viejo enigma del origen de los rayos cósmicos. Estos rayos, que han intrigado a los astrofísic­os desde hace décadas, están formados por otras partículas de alta energía, sobre todo protones y núcleos atómicos, y también podrían ser emitidos por blázares.

Pero la consecuenc­ia más importante de la investigac­ión, y el motivo por el que se han sumado a ella equipos científico­s de todo el mundo, es que abre una nueva ventana en el estudio del Universo. Tradiciona­lmente la astronomía se ha basado en radiacione­s electromag­néticas, que incluyen la luz visible, pero también radiacione­s no visibles como rayos X, rayos gamma, infrarrojo­s o ultraviole­tas. El año pasado las radiacione­s electromag­néticas se combinaron por primera vez con ondas gravitacio­nales, lo que supuso el inicio de la llamada astronomía multimensa­jero, en la que se cotejan señales de tipos distintos para descubrir fenómenos hasta ahora inexplorad­os. A partir de ahora, el electromag­netismo se podrá combinar también con observacio­nes de neutrinos, lo

Más de mil científico­s han participad­o en la investigac­ión, que abre un nuevo campo de trabajo en la astronomía

que amplía las posibilida­des de la astronomía multimensa­jero. Según destaca la revista Science en un artículo que acompaña a la presentaci­ón de los resultados de la investigac­ión, si se confirma el descubrimi­ento, representa­rá “el acontecimi­ento fundaciona­l de la astronomía de neutrinos”.

 ?? ESA/NASA, THE AVO PROJECT AND PAOLO PADOVANI ?? Imagen virtual de haces de alta energía emitidos por un agujero negro
ESA/NASA, THE AVO PROJECT AND PAOLO PADOVANI Imagen virtual de haces de alta energía emitidos por un agujero negro

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