La cultura más comprometida
De la magia a las Festes de Gràcia, los Premis Nacionals se rinden a la creatividad
El teatro Zorrilla de Badalona, uno de los símbolos culturales de la cuarta ciudad más poblada de Catalunya, fue anoche el escenario escogido por el plenario del Consell Nacional de Cultura de les Arts (Conca) para rendir homenaje a la cultura catalana, a través de las diez personalidades que fueron galardonados con los Premis Nacionals de Cultura 2018. Badalona, ciudad en que Pompeu Fabra residió entre los años 1912 y 1939, puso una nueva semilla de las artes catalanas.
Desde un escenario que transmitía una sensación de gran profundidad, en el que los actuantes parecían salir del típico Pont del Petroli de Badalona, que se adentra en el Mediterráneo, dos actores, padre e hija, Lluís y Marta Marco, ejercieron de maestros de ceremonias.
Concluyó el acto el president de la Generalitat, Joaquim Torra, que elevó un recuerdo especial al president Puigdemont: “Hoy debería ser otro quien entregase estos premios”.
El primer reconocimiento fue para el actor Albert Vidal, un investigador de la imagen que vaticinó un nuevo renacimiento “lleno de sabiduría y conocimiento” propiciado por la defensa ante “aquellos que nos quieren dividir”. Reivindicativos también estuvieron los miembros del Centre de Titelles de Lleida, orgullosos por “la energía, el orgullo y el empuje” de un equipo que coloca el teatro de marionetas “donde le corresponde”.
La artista conceptual Fina Miralles, pionera de las acciones artísticas en plena naturaleza, confesó la revelación de una voz que la llamaba y que le pedía que sembrase “la semilla de la eternidad que llevas dentro”.
Emergía en paralelo la figura del maestro Pau Casals, cuya Fundación recibía el cuarto galardón de la noche y reivindicaba los valores del ilustre catalán “música, trabajo, humildad, paz, democracia y amor por la tierra”.
El único ausente de la noche, el prolífico autor Valentí Puig, cedió su voz al escritor Àlex Susanna, quien recibió el galardón en su nombre, no sin recordar que para el dramaturgo el 2017 ha sido “un año especialmente fértil”.
A continuación, premio para la Fundació de la Festa Major de Gracia, cuya presidenta, Carla Carbonell, difundió hacia los vecinos del barrio, casi a punto de una nueva fiesta.
Otro premio a la trayectoria profesional recayó sobre el director escénico, gestor teatral y pedagogo Josep Anton Codina, que glosó su carrera en segundos, resumiendo que se ha limitado a “mirar de transmitir lo que llevo dentro a mi pueblo”.
El poeta Jordi Pàmies sumaba el octavo premio, lamentando la situación actual, que definió de “ambigua y en penumbra” que provoca “no saber si nuestros sueños se harán realidad”.
El penúltimo galardón lo recibía Eva Piquer, editora y directora de la revista digital de cultura, Catorze.cat.
El president de la Generalitat, Joaquim Torra, cerraba el acto con el galardón al mago Hausen, Jesús Julve, que puso la nota de humor cuando de su boca salió una larga serpentina de papel, ya que reconocía “no me salen las palabras”. El también cofundador del Espai Brossa, reivindicó que “la magia también es cultura”.
Fina Miralles, artista conceptual, ha querido con su arte dispersar “la semilla de la eternidad”