La madre de la criatura
Mary Shelley
Dirección: Haifaa Al-Mansour Intérpretes: Elle Fanning, Douglas Booth, Stephen Dillane, Bel Powley
Producción: Gran Bretaña-Luxemburgo-EE.UU., 2017. Duración: 120 minutos. Biográfica. Los estudiosos de la literatura lo saben todo de Mary W. Shelley. Que era hija de un notorio intelectual, escritor y librepensador, William Godwin , y una sufragista también escritora, Mary Wollstonecraft, fallecida a los pocos meses del nacimiento de Mary. Que mantuvo relaciones con el poeta casado y padre de familia Percy Shelley, con quien se casó al enviudar. Y, claro está, que fue la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo, que escribió estando de invitada en la mansión de Lord Byron en Suiza en verano de 1816, un año antes de su publicación controvertida: durante un tiempo la autoría de la novela fue adjudicada a Percy. Todas estas y otras muchas cosas nos las cuenta, con fidelidad histórica, la saudí Haifaa Al-Mansour en Mary Shelley. La primera mujer cineasta de su país, autora de La bicicleta verde, rodada en la semiclandestinidad, Al-Mansour asumió el proyecto cuando vio un paralelismo entre el espíritu libre de la joven protagonista y el suyo propio. Un espíritu, sin embargo, el de Mary, que por circunstancias diversas (sociales, familiares, sentimentales...) sufrió de lo lindo. Lo más interesante de la película es comprobar cómo esa adolescencia y primera juventud tan llena de frustraciones, sentimiento de pérdida y dolor desemboca muy coherentemente en la creación de la criatura desvalida que es el monstruo de Frankenstein: el relato de la escritora inglesa vendría a ser, camuflado, un relato autobiográfico. Mary Shelley es un biopic tirando a convencional en sus formas, deficitario en su pulsión creativa, pero sin lugar a dudas describe una época con veracidad y respira romanticismo por sus cuatro costados. Y Elle Fanning, que lleva toda su vida en el cine (debutó con tres añitos en Yo son Sam y no ha parado), ofrece un retrato de Mary Shelley eficaz, apasionado y apasionante. Hay otras interpretaciones valiosas, particularmente las de una magnífica Bel Powley en el rol de Claire Clairmont, la hermanastra de Mary, y Stephen Dillane, el padre, William Godwin, todo él dignidad herida.