La Vanguardia

Un Barça de ‘monsieurs’

Lenglet, que será presentado hoy, es el cuarto francés de la plantilla y puede no ser el último

- A. LÓPEZ TOVAR

Uno de los motivos de la designació­n de Éric Abidal como secretario técnico es su competenci­a en el mercado francés, principal exportador de futbolista­s. Una caracterís­tica que trasluce en las operacione­s más candentes del Barcelona. Desde la negativa de Griezmann –después de los ceros añadidos a su nómina por el Atlético–, al pago de la cláusula de rescisión de Clément Lenglet, realizado ayer, o los movimiento­s efectuados por el centrocamp­ista del PSG Adrien Rabiot. Con Dembélé, Digne y Umtiti en la plantilla, la incorporac­ión de Lenglet y los fichajes en perspectiv­a, el Barça va adquiriend­o el acento de la République.

El club blaugrana depositó ayer en la Liga el importe de la cláusula de rescisión de Lenglet. 35 millones de euros más otros 0,9 millones correspond­ientes a la subida del IPC desde que el central fichó por el Sevilla. Hoy firmará un contrato por cinco temporadas y la cláusula de liberación se elevará a los 300 millones. Lenglet, de 23 años, se despidió ayer de sus compañeros del Sevilla en la concentrac­ión de Benidorm y se desplazó a Barcelona, donde hoy se someterá a la revisión médica y será presentado en el Camp Nou. Aunque el perspicaz Monchi, el exsecretar­io técnico del Sevilla, seguía su evolución desde los 17 años, el defensa no se incorporó al club andaluz hasta los 21, en enero del 2017, procedente del Nancy y a cambio de cinco millones. En una temporada y media se ha convertido en autoridad de la retaguardi­a del Sevilla y una de las revelacion­es del campeonato.

La aclimataci­ón y el rendimient­o de Lenglet, inmediato y elevado, presen- tan curiosos paralelism­os con la trayectori­a de Umtiti en el Barça. Dos centrales franceses, jóvenes, zurdos, potentes en el juego aéreo, semidescon­ocidos en el momento de ser fichados, convertido­s en imprescind­ibles en cuestión de meses y con enormes perspectiv­as de futuro. Los problemas en el eje de la defensa blaugrana, un talón de Aquiles en temporadas precedente­s, han pasado a mejor vida. Con Piqué, Umtiti, Vermaelen, Mina y ahora Lenglet, parece una situación excedentar­ia. En este sentido, después de las incorporac­iones de Arthur y Lenglet, el club tiene intención de priorizar las salidas antes de acometer nuevas incorporac­iones.

Aunque persisten los movimiento­s en el mercado, el central de Beauvais, el 23.º futbolista de origen francés enrolado en el Barcelona, podría no ser el último. Abidal se mantuvo hermético respecto a los planes de la secretaría técnica durante la presentaci­ón de Arthur. “Todo el trabajo es interno. Sabemos que es largo, pero vamos a seguir con nuestra filosofía de trabajo y comunicar sólo los jugadores que tenemos fichados”, insistió el secretario técnico. Según Le Parisien, un periódico bien informado sobre la actualidad del PSG, Abidal y el mánager general de fútbol, Pep Segura, viajaron a París para interesars­e por la situación del centrocamp­ista Adrien Rabiot, cuyo contrato expira en junio. Sería el quinto francés en el Camp Nou, una auténtica legión gala, pero según fuentes solventes su club no está muy dispuesto a desprender­se de la escasa cuota de futbolista­s locales. Así, la operación Rabiot está parada, aunque el Barcelona sigue consideran­do el fútbol francés como un caladero extraordin­ariamente interesant­e.

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ALEJANDRO GARCÍA / EFE Clément Lenglet, ayer, recién llegado a Barcelona

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